En efecto este tipo de manifestaciones son contestaciones al nacionalismo, pero usando y sacralizando sus mismos términos y esquemas mentales en el fondo. No se puede pedir más, pues cualquier intento de depurar la convocatoria le restaria popularidad debido a la dinámica asimétrica y cainita a que nos ha conducido el nacionalismo consagrado en la constitución del 78.
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