Movidos por su rechazo al expansionismo nacionalista, esta gente defiende que lo que se habla en la zona oriental y lo que se habla en el norte de Aragón es la misma lengua y eso no hay por donde cogerlo.
Que quieran crear una norma para las distintas variedades dialectales que se hablan en la zona oriental de Aragón para protegerlas y promocionarlas me parece perfecto, pero que quieran hacernos creer que en en Ansó y Tamarite se habla la misma lengua es absurdo.
El gran problema es que los nacionalistas catalanes quieren convertir en catalanes a quienes no lo son. Si no ensuciaran la lengua con su delirio imperialista, creo que el rechazo a considerar su idioma como el mismo que se habla en Cataluña sería mínimo.
Tampoco hay que olvidar el afán uniformizador de las autoridades político-lingüísticas catalanas, empeñadas en erradicar cualquier rasgo diferencial de las distintas variedades tradicionales.
Resumiendo: sin la basura nacionalista y con un mínimo respeto a las peculiaridades dialectales, no habría ningún conflicto lingüístico, porque el problema no es lingüístico sino político.
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