Respuesta: El Tribunal Supremo nos condena a la esclavitud de conciencia

Iniciado por
Lizcano de la Rosa
No es tan fácil. Me explico. La asignatura de EpC es intrínsecamente mala, la Formación del Espíritu Nacional no lo era, y está claro que aunque el hombre sabe que debe hacer el bien y evitar al mal, la inclinación natural --consecuencia del pecado original-- del hombre es hacer lo malo. Sin caer en el jansenismo, la naturaleza si bien corrompida puede elevarse por la gracia, esto hace que el bien se olvide pronto y se haga el mal. El adocenamiento de los sesenta pasó pronto su factura.
Por otro lado esta asignatura está concebida para destruir, todavía más, la moralidad y responde a un plan metódico perversamente trazado. Si bien ahora la asignatura, en la forma de sus contenidos y en su pedagogía, no está caracterizada por la uniformidad, bien pronto lo estará, pues, no hay que perder de vista que la intención gubernamental, a medio y largo plazo, es que los profesores sean nombrados por el Estado, no por los colegios y que sean los docentes los inspectores sociales, los comisarios políticos, de la buena marcha de la introducción del veneno en los más débiles. Es muy fácil hablar cuando uno tiene 40, 50 ó 60 años, pero no hay que perder de vista que el objetivo son los niños, los más indefensos y los que absorben la educación como esponjas en sus primeras etapas de maduramiento social y afectivo.
Así que resumiendo: de estupenda ocasión, ni de broma. Eso de que la TV hace más daño es no tener en consideración que tanto la TV como esta asignatura son fases de un plan metódico, no disgregables, de esclavizar al hombre a sus pasiones, a su ignorancia, al diablo.
No, no es nada fácil hablar. Llevo 19 años, o 20 cursos con éste actual, impartiendo mis clases a grupos de alumnos que vienen de su anterior etapa de instituto, y hay que verlos, oirlos, escuchar sus "razonamientos", alegatos, razones, y hasta "dimes y diretes" para comprender que son i-rre-cu-pe-ra-bles.
Para ellos la historia comienza en sus abuelos, o la meta de su vida es ir el finde a la disco, afirman que con todos mis conocimientos académicos estoy fuera de la realidad del mundo, para ellos y ellas fornicar es como para nosotros tomarnos una caña al mediodía, es decir, le dan esa misma valoración moral, se ríen de las personas mayores por su forma torpe de andar, o su manera de vestirse, porque van a la iglesia, o simplemente porque les parecen seres inútiles.
Estos aspectos, y bastantes más que no voy a ennumerar aquí para no alargar innecesariamente el mensaje, son comunes, habituales, y yo me los encontré cuando en el curso 1988/89 empecé a impartir mis clases. Me he llevado muchas amarguras que me he tenido que tragar, porque quien ejerce la docencia quiere lo mejor para su alumnado, que aprovechen el tiempo y la oportunidad que se les brinda --lo utópico son los discípulos--, y lo que encuentras en un 90% es incluso desprecio por parte de unos individuos que intelectualmente no levantan más allá de las suelas de sus alpargatas (estos no usan zapatos) y cuyas calidades moral y humana está a siglos, ¡qué digo siglos, milenios! pues son la nueva versión de la barbarie prehistórica.
Por ello, EpC es una mierda que da una opción: hasta ahora la política, la crítica al sistema y a la sociedad, quedaba fuera de las aulas, al menos de modo evidente. Pero esta mierda es la caja de Pandora y de ella puede salir de todo. Lo que hay de cierto, es que si antes la sociedad española estaba dividida en dos partes bien diferenciadas, ahora se va a ahondar esa división. ¿Qué éste gobiernillo oligárquico busca dar un paso más en la implantación de su régimen totalitario, es decir, de su tiranía? es evidente, pero esto no es algo nuevo. Así que, en lugar de "rasgarse las vestiduras" por la decisión del Supremo, el cual como se ha dicho antes no es competente por afectar a cuestiones claramente constitucionales, habrá que pensar en qué contramedidas tomar. Y dado que este severo problema afecta a toda la sociedad, habrá que procurar en la medida de lo posible concienciar a nuestros allegados de que es un problema que no afecta sólo a los alumnos, padres y profesores, sino a la sociedad entera.
Por ello, entiendo que nos toca a todos implicarnos en procurar su fracaso, pero mientras llega ese momento habrá que intentar darle la vuelta al calcetín.
Última edición por Valmadian; 30/01/2009 a las 17:58
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Marcadores