Re: Ducados de Atenas y Neopatria
encontraba entre ellos que vacilaba por temor, prefiriendo más bien vivir quesuicidarse, le arrojaron sin vacilar al fuego, creyendo que así le salvaban de lamuerte" (lib. VI, párr. XXXIII).
En lo referente a los distintos caudillos de la Com pañía Catalana, laatención de los autores griegos se centra principalmente en el mítico personaje deRoger de Flor. Paquimeres (lib. V, párr. XII) nos cuenta que era "hombre jovende edad, de aspecto terrible, rápido en decidir y apasionado en su forma deactuar". Destaca también su carácter fácilmente irritable, hecho que sería lacausa de numerosos problemas en el futuro (lib. V, párrs. XXI, XXIV, XXVI yXXXI). La crueldad mostrada por él y sus soldados, no dejará de ser objeto dereproche en ambos historiadores, llegando Paquimeres a calificarlo de"bárbaro",injusto"y"orgulloso". Sinembargoseríalaextremadainsolenciaquesiempre le caracterizó -especialmente cuando se trataba de personasimperiales- lo que más irritaba al respetuoso historiador bizantino. Leresultaba realmente inconcebible el comportamiento tan arrogante y despectivohacia la venerable figura del emeperador, de un súbdito que por si fuera poco eradeorigenlatino. Sinembargo,nopuededejardereconocersuvalíaelogiandosus virtudes militares, aunque después de su muerte. (lib. VI, párr. XXVI).Gregorás por su parte, coincidiendo con Paquimeres, destaca sobre todo suextremada avaricia que le conduciría finalmente a la muerte. De cualquierforma, muestra también su admiración por la efectividad mostrada por él y porsu ejército (lib. VII, cap. 111, párr. 111).
Pese al hecho de que los historiadores'griegos, centran su atenciónprincipalmente en la figura de Roger de Flor, no dejar de referirse sin embargo,a otros jefes catalanes que llegaron a desempeñar un papel importante en elescenario político-militar del Imperio Bizantino durante la estancia de laCompañía en sus territorios. Pero como es natural, la importancia que lesconceden las fuentes griegas dista muchos del interés especial que dedican a elloslos cronistas occidentales, especialmente los catalanoaragoneses. Para losbizantinos, sus hazañas y vicisitudes no presentan ningún interés si no afectandirectamentealosinteresesdelImperio. Enconsecuencia,lasreferenciasaellosse limitan estrictamente a lo necesario o a lo sumo, a tratar ciertos aspectosllamativos de algunos personajes.
Sin lugar a dudas, junto a Roger de Flor, el personaje más importanteesel conocido Berenguer de la Entenza, cuya actividad es tratada con cierto detallepor los hisotoriadores griegos. Paquimeres desde el primer momento de surepentina aparición en el escenario de la vida pública bizantina, muestra susorpresa y disgusto señalando en repetidas ocasiones el hecho de no haber sidoinvitadoporAndrónico11(lib.VI,párr.IV). Evidentementeintuyeelpeligroque podría significar su presencia para el propio Imperio, no tanto por losefectivos militares que traía consigo, sino por su estrecha relación con lasmonarquías catalano-aragonesas de la Corona de Aragón y del Reino de sicilia1
La Iglesia es el poder supremo en lo espiritual, como el Estado lo es en el temporal.
Antonio Aparisi
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