Los libros siempre deben estar disponibles, lo que no significa que deban estar disponibles para todo el mundo o venderse.
Como ejemplo, que creo que ya se comentó en el foro, el Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum, todos los libros del índice se podían conseguir en España pues la Inquisición guardaba copias para los académicos suficiente formados que quisieran estudiarlos para combatirlos.
También es cierto que su pérdida no supone un problema o algo a evitar. Por ejemplo, la mayoría de los textos combatidos por San Ireneo en Adversus Haereses están perdidos. Ese debería ser el resultado de un buen combate intelectual: que el material peligroso y anticristiano desaparezca y se olvide.
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