Cita Iniciado por Ordóñez Ver mensaje
Luego los españoles contribuyeron a inventar el Estado nación

No, lo inventaron los liberales en contraposición a la "constitución histórica" de España que es la monarquía católica. Hasta que España no recupere su fondo y forma, nunca podrá ser. Esto es calificado como "problema histórico" y es una farsa. Ahora que ando leyendo La historia de España contada con sencillez del eximio José María Pemán, con los matices pertinentes, puedo decir que el gran polígrafo gaditano desplegó muchas claves al respecto.
Le das en el clavo Ordóñez. Todo el problema reside en la abstracción racionalista a que se llamó de Estado. Con o sin nación, de una sola nación o de varias.

Véase el caso de Portugal, por ejemplo: nació como una monarquía católica sin nación. Cuando se independizó Portugal no existían portugueses; existían sí gallegos portucalenses, como los había bracarenses, lucenses, etc.. No había nación; pero también no existía el Estado, sino los Estados. Los Estados que representaban los cuerpos componentes de la sociedad medieval: el clero, la nobleza, el pueblo. Los mismos Estados que se reunían en las Cortes, cuando convocados por el rey - cortes que, al tiempo medieval, se llamaron de Estados Gerais - Estados Generales. Estados que no eran una creación abstracta colocada arriba de todos los poderes terrenos y celestes pero el reflejo de la realidad social encuadrada por la monarquía en su lugar propio, sujeta a la legitimidad de los soberanos católicos y, por ende, a la voluntad de Dios expresa en la misma legitimidad.

Así que, en mí opinión, no se puede entender el patriotismo hispánico sin la monarquía tradicional y la fe católica, los dos pilares estructurales de la cultura hispánica. Empero, para el patriotismo español hay uno más: la voluntad colectiva de recreación de la unidad política de la Hispania romana y goda. Esa voluntad se encuentran vestigios desde Pelayo y el neogoticismo; pero es con Alfonso VI de León y Castilla, Imperator Totvs Hispaniae, que la voluntad gana la fuerza de un título que se hace respetar (y hasta apoyar) en la mayor parte de los reinos cristianos de la Península. Es precisamente cuando Portugal se aparta políticamente del corazón de la reunificación peninsular, la corona de Castilla. Portugal, como país, nace como potencia ajena (y, a veces, contraria) a esta voluntad colectiva - como tal excluido de la realidad de la patria española y del patriotismo español, representando una diferente forma de patriotismo hispánico: el portugués.