Hyeronimus: muy amable por colgar las entradas, me alegro de que gusten.


ALACRAN: Sobre lo primero: con federativa quiero decir que era una unión de pueblos, si se quiere, hecha desde abajo. Unidos por la Monarquía unas veces por unión dinástica, otras por conquista, pero siempre respetando las particularidades jurídicas, institucionales o identitarias. Respetando los cuerpos intermedios, por entender que la Corona ocupaba la cúpula de un tejido político de asociaciones dentro de asociaciones. Y esto a través de un proceso histórico tradicional en el sentido literal, no con una decisión puntual en plebiscito. Nada que ver con el federalismo moderno, si a eso te referías.


Y lo segundo: mi intención no era hacer una exposición histórica, ni mucho menos, donde siempre se puede y se debe matizar y profundizar. Quería trazar un esquema conceptual para mostrar que una nación (culturalmente hablando) puede no tener Estado y ser todo lo feliz y libre y demás que se quiera. Pero no creo que sea una visión sesgada. Las ideas de subsidiariedad y cuerpos intermedios son formulaciones recientes, pero surgen como explicación de una realidad anterior. No son construcciones lógicas, son una formulación racional de unos principios que se daban por sentados, dirigida a un mundo que los había abandonado. La subsidiariedad, aunque no se llamase así, era un hecho. No sé si sería porque se creía bueno, o porque los reyes no tenían poder para centralizar todo lo que quisieran, allí entra la historia para valorar y matizar móviles e intenciones. Por lo demás, estoy de acuerdo con las consideraciones históricas.


Hola de nuevo, Irmão: en esta entrada por nacionalismo he entendido aquella ideología que declara que un pueblo o nación tiene derecho a constituirse en Estado, por el hecho mismo de ser nación. Pero es verdad como dices que siempre ha habido patriotismo fabricado, e incluso que las naciones (en un sentido cultural no político) a veces se forman por impulso de intereses políticos.


Puede parecer que el nacionalismo aparece junto a la Revolución francesa por circunstancias coyunturales, ya que en Francia existía un colectivo suficientemente homogéneo para que no se produjera una reacción de incredulidad cuando dijeron que Estado=nación. Pero no deja de ser mentira, y cuando esta ideología con pretensión de universalidad se exporta a otros lugares menos homogéneos, pasa lo que pasa.


Yo entiendo que liberalismo y nacionalismo sí van aparejados en la teoría, no como causa-efecto sino como dos caras de la misma moneda. Lo veo así:


El individuo es soberano (liberalismo) y por contrato se establece en sociedad (en nación), y en virtud de ese contrato el colectivo pasa a detentar la soberanía. Para que esta sociedad o nación tenga sentido y llegue a la plenitud de su razón de ser, tiene que poder ejercitar esa soberanía siendo un Estado. Negar la soberanía a la nación viene a significar negársela al individuo, y eso es radicalmente anti-liberal.


Muchas gracias por los comentarios. Un saludo amistoso a todos.