En realidad ni golpes de Estado, ni algaradas callejeras, ni rebeliones cívicas, ni revoluciones..., en el mundo occidental de hoy nada de esto se produce ya ni hay indicio que se produzca alguna de tales situaciones. Un ejemplo, ¿cómo es posible que en España con casi 5 millones de parados --alrededor del 20% de la población activa--, no haya habido ni siquiera un conato de revuelta social?

Por otra parte, basta con observar con qué impunidad, cinismo, desfachatez y, además, demagogia, se conducen los políticos en cualquier parte. Saben que no están en peligro, que el control social es perfecto pase lo que pase. Los problemas están sólo en países muy convulsos cuyos Estados están todavía a medio cocer, como en la mayoría de los países musulmanes, pero que son perfectamente controlables a través de las coaliciones militaristas montadas con el "sello de bondad" de la ONU. Y es que si dicha organización lo autoriza, da el visto bueno, legitima, y da todos los parabienes necesarios, cualquier invasión, ocupación, anulación de soberanías, eliminación sobre el terreno de fuerzas peligrosas para el Sistema, todo será legitimado inmoralmente, indecentemente, desde las posiciones más repulsivas y vergonzantes que se puedan suponer o imaginar, pero autorizadas, es decir, con el acuerdo y connivencia de todos. Es la tiranía mundial, ya está aquí, ya la tenemos implantada y no lo olvidemos, probablemente durará varios siglos hasta que sea sustituida por otro Sistema.