Efectivamente.

¿Qué más tiene que pasar para ver realmente que el problema es de todo el régimen constitucional en sí y del antirrey Juan Carlos y su antifamilia real que lo encarnan?

Corrupción de todos los partidos del sistema y de los dirigentes que los encarnan, los cuales, a su vez, controlan totalitariamente toda la vida social de los españoles mediante un sistema deliberadamente elaborado para no ser representativo y electoralmente fraudulento desde las primeras elecciones del ´77; liberación de los terroristas -siguiendo el camino trazado por las primeras amnistías dadas por Juan Carlos- y ocupación de instituciones oficiales en algunas regiones y pueblos españoles de lo partidos de esos mismos terroristas; sumisión absoluta a EEUU y la OTAN en lo militar, y a la Comunidad Europea-FMI-ONU en lo político-económico-cultural; potencial separación de territorios españoles, principalmente las Vascongadas y Cataluña, del resto de Las Españas peninsulares que todavía permanecen unidas ; destrucción de la sociedad por medio de una presión fiscal consfiscatoria y del amparo de los intereses usurarios de la Banca multinacional (con sede o no en territorio español, es indiferente) en contra de los intereses de los españoles; progresiva destrucción de la unidad católica (con el beneplácito de la Conferencia Episcopal, que voluntariamente se sitúa, de hecho, también dentro del sistema, defendiendo en su declaraciones y actos públicos el régimen constitucional imperante).

¡Don Enrique de Borbón en el Palacio Real, YA!