Efectivamente, Hyeronimus, lo del vientre de alquiler es algo antinatural y de pesadilla. Al leer la noticia me he quedado helado; prácticamente es como si se tratase de una fábrica de seres humanos, como si los bebés fuesen mercancías; no me imagino peor forma de degradar la dignidad y cosificar a las personas. Y esta monstruosidad puede llegar a límites horrorosos cuando se combina con el uso de técnicas de reproducción asistida. Se puede llegar al extremo de que un señor "A" dé sus espermatozoides; una señora "B", "done" (como si fuese una cosa) sus óvulos; se dé la fecundación artificial de estos dos para obtener un embrión (previa muerte de decenas de otros embriones, claro), y este sea puesto en el vientre de una señora "C", que lo alquila; para, finalmente, entregar el bebé a la pareja formada por los señores "D" y "E". ¿Quiénes son los padres de esa pobre criatura? ¿Qué identidad va a tener ese pobre chico? Otra vez, de pesadilla, simplemente.
Bueno, y eso sin contar que ahora existe también la horrenda posibilidad de llevar a cabo "fecundaciones post mortem"; sí, así como se lee; y esta aberración ya es contemplada en algunos sistemas jurídicos:
La fecundación post-mortem en el proyecto de Código Civil | Centro de Bioética, Persona y Familia1. ¿En qué consiste la fecundación post mortem?
El supuesto de la fecundación post mortem se presenta cuando una mujer fecunda su óvulo con semen de una persona fallecida. Lo que no es así, en cambio, en el caso de la implantación en la mujer de un embrión crioconservado obtenido antes del fallecimiento del varón, por fecundación de un óvulo de aquélla con semen de este último, por cuanto, en tal caso, la fecundación ya se había producido con anterioridad a la muerte.
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