Una de las cosas que me parece más detestable en esta historia que cuenta Grandiosos es la actuación de las Administraciones Públicas.
En principio, según yo lo entiendo, el hecho de que un señor (empresario o no) decida dar sus limosnas (en forma de dinero o de especies) a quien le dé la real gana, no me parece incorrecto. Yo puedo tener fijación por los cojos y darle solamente limosna a los cojos, vaya usted a saber por qué motivo o por qué curiosa fijación que arrastre desde la infancia. Dios me pedirá cuentas de si hice bien o mal. Y lo mismo digo de cualquier grupo político que, a la hora de hacer donación de alimentos, decida hacerlo solamente a los nacionales o a los súbditos de la monarquía austrohúngara. Como digo, cada cual da las limosnas a quien le da la real gana... y punto.
Ahora bien, una vez dicho ésto, también me parece que debemos aprender a diferenciar qué limosna es solamente limosna (dada de corazón, 'sin que la mano de derecha sepa lo que ha hecho la mano izquierda', y sin más pretensiones que aliviar el sufrimiento ajeno) y qué aparentes 'limosnas' no son más que una forma de ejercer un acto político, realizado con intenciones básicamente políticas.
La verdadera limosna se dá tal y como nos ordenó hacer Nuestro Señor Jesucristo, y no saliendo en los medios de comunicación o colgando enormes cartelones publicitarios para que todo el mundo conozca nuestro 'tan benefactor' comportamiento. Comportamiento que, en el caso de ambos (empresario y partido politico), me parece quizás un poco interesado y hasta capcioso, no ya por lo que en sí son, sino por darse o aceptar una publicidad que jamás debería de ser admitida, salvo que quieran parecerse a los hipócritas fariseos.
Ahora bien, como dije al principio, repito que (...correcta o incorrectamente) uno tiene la libertad de darle limosna a quien quiera, o incluso no dársela a nadie. Eso solamente Dios habrá, en su día, de juzgarlo. Y nadie es quién para decirle a otro: "¿y tú, por qué siempre le das limosna solamente a los cojos?". Porque, la respuesta habrá de ser obvia: "pues, le doy solamente limosna a los cojos por que me da la real gana; y eso a ti qué te importa. Haz el favor de meterte en tus asuntos... ¡estúpido!". Y mucho más aún cuando son las Administraciones Públicas, o los medios de comunicación, los que se meten a elogiar o vilipendiar uno u otro comportamiento por razones políticas.
"Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará".
(Mateo 6, 1-5)
Marcadores