Búsqueda avanzada de temas en el foro

Resultados 1 al 20 de 132

Tema: La mente colmena y la muerte de la religión

Vista híbrida

  1. #1
    Avatar de Kontrapoder
    Kontrapoder está desconectado Miembro graduado
    Fecha de ingreso
    29 mar, 05
    Mensajes
    3,142
    Post Thanks / Like

    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    La máquina de escribir de Nietzsche

    Publicado por El Librero Callejero el 24 octubre, 2017



    En 1882 el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, harto de batallar con unos dolorosos problemas de vista que amenazaban la continuación de su obra, adquirió una máquina de escribir esférica Malling-Hansen. Tecleando al tacto, con los párpados cerrados -pensó-, sus ojos encontrarían descanso. Y así fue. Pero lo que el autor de Así habló Zaratustra no podía sospechar entonces era que su forma de escribir se vería sensiblemente modificada por la introducción de la mecanografía. “Bajo el influjo de la máquina -señala el literato experto en comunicación y tecnología Friedrich A. Kittler- la prosa de Nietzsche cambió de argumentos a aforismos, de pensamientos a juegos de palabras, del estilo retórico al telegráfico”. Un compositor amigo de Nietzsche -Heinrich Köselitz- se dio cuenta de este cambio de estilo. “Puede que con este nuevo instrumento te adaptes a nuevos giros idiomáticos”, le escribió al filósofo en una carta. Y le hizo notar que de acuerdo a su propia experiencia, cuando escribía o componía música, sus ideas solían depender de la calidad de la pluma y el papel. “Tienes razón -le contestó Nietzsche-, nuestros instrumentos de escritura participan en la formación de nuestros pensamientos“.

    En su obra de culto 1984, George Orwell describe una sociedad futura en la que un poder centralizado controla las vidas y pensamientos de todos los ciudadanos. Y una de las medidas para lograrlo es la implantación oficial de la neolengua, una lengua artificial -abreviada, podada, simplificada y desprovista de matices- creada para el uso cotidiano de la población. “La finalidad de la neolengua no era aumentar, sino disminuir el área del pensamiento, objetivo que podía conseguirse reduciendo el número de palabras al mínimo indispensable”, profetizaba Orwell en las páginas de su novela.

    Hoy en día, la costumbre nos ha habituado a leer y visualizar únicamente pequeños fragmentos aislados de información: textos, vídeos, imágenes y archivos de audio inconexos que aparecen y desaparecen de nuestra vista a toda velocidad, sin dejar ni rastro, sin conceder el menor respiro para una contemplación sosegada, y menos aún para una reflexión posterior que nos permita asimilar adecuadamente todo aquello que hemos deglutido. Todo en los entornos virtuales en los cuales nos desenvolvemos diariamente está configurado así: las noticias de los diarios digitales no sobrepasan la categoría de breves bocados de información subdesarrollada; las aplicaciones de mensajería instantánea (WhatsApp, Telegram, Messenger) reducen las conversaciones a frases telegráficas y emoticonos que pretenden ‘resumir’ gráficamente nuestro complejo sentir en un momento dado; entornos universalmente extendidos como Facebook o Twitter están concebidos precisamente como una vía de expresión abreviada al mínimo posible, limitación de caracteres incluida.

    Con estos y otros ladrillos de similar calidad estamos construyendo nada menos que la estructura de nuestro ‘nuevo pensar’. Los resultados saltan a la vista: una mente incapaz de concentrarse, incapaz de afrontar la lectura de un vulgar libro, incapaz de permanecer tranquila en un simple estado de espera.
    —–
    Extraído del libro Sal de la Máquina.
    Artículo relacionado: ¿Están los smartphones volviéndonos estúpidos?

    FUENTE: https://saldelamaquina.wordpress.com...-de-nietzsche/
    Donoso, Hyeronimus, raolbo y 2 otros dieron el Víctor.
    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
    José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.

  2. #2
    Avatar de Kontrapoder
    Kontrapoder está desconectado Miembro graduado
    Fecha de ingreso
    29 mar, 05
    Mensajes
    3,142
    Post Thanks / Like

    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    “Un smartphone para gobernarlos a todos…”

    Publicado por El Librero Callejero el 19 septiembre, 2017

    “No se puede negar que el ser humano moderno -nos referimos al nacido y criado en la sociedad de consumo- presenta una clara tendencia a la compulsión. Justo es reconocer que todo en nuestro ambiente confabula para convertirnos en adictos. La doctrina del ‘Consume hasta morir’, instaurada en la década dorada de los años cincuenta y propagada sin descanso en cada hogar del mundo desde ese nuevo altar doméstico que fue la televisión, se ha incrustado de tal forma en nuestra mentalidad que a estas alturas obedecemos sus dictados instintivamente, como movidos por un impulso genético. La publicidad de masas se cuida de recordárnoslo miles de veces al día: sal y cómprate ahora mismo algo “un poco más nuevo, un poco mejor, un poco antes de lo necesario”.

    La hiperactividad es el sacramento capital del credo consumista, y sus fieles lo practican con fervor. Cada tres minutos un nuevo producto entra en el mercado. No hay tiempo para detenerse: millones de artículos esperan su turno, rifándose nuestra atención, incitándonos a que les demos uso. A veces se dan las circunstancias propicias para que uno de estos productos pase al primer plano de los escaparates y conquiste rápidamente el favor del público. En nuestra era postindustrial, las más de las veces el podio se lo disputan los más recientes ingenios electrónicos. Y durante una larga temporada, que en ocasiones llega a prolongarse durante años, decenas de millones de consumidores se entregan a un uso frenético del último dispositivo de moda.

    Reentroncando con el tema que nos ocupa, en el teléfono celular hallamos un caso verdaderamente paradigmático de cuanto venimos exponiendo. Se cumplen ya veinte años largos de hegemonía de los móviles en nuestro país y el fenómeno no presenta síntomas de agotamiento. Es interesante recordar cómo ya en la década de los noventa nos manteníamos permanentemente apegados a nuestros viejos teléfonos celulares, enviando cientos de mensajes de texto a golpe de pulgar, anunciando telefónicamente nuestra inminente llegada en autobús o alimentando aquella maniática costumbre de hacer ‘llamadas perdidas’ a conocidos y familiares, como gesto de saludo en la distancia. Los nuevos smartphones simplemente han llevado esta tendencia adictiva al paroxismo. Todas las posibilidades convergen ahora en el mismo terminal, todo aboca a la constante contemplación de la pantalla, manteniéndonos así enganchados a la Máquina de manera permanente.

    Cada idea, cada apetencia, cada transacción puede ser encauzada a través de la app (aplicación) correspondiente, creada para ese fin y para todos los otros fines imaginables. Esto multiplica hasta el infinito el número de ocasiones propicias para agarrar el terminal y consultar su pantalla. Siempre y en todo momento hay algo que se puede hacer, mirar, comunicar, recibir o comprobar vía app. Y si por casualidad entramos en punto muerto, cabe recurrir a una última opción practicada por muchos: deslizar distraídamente el dedo por el menú inactivo del WhatsApp, mirando pasar en scroll las imágenes del perfil de los distintos contactos, revisando sin interés conversaciones ya leídas, hasta que un nuevo mensaje aparezca en pantalla y nos invite a continuar tecleando. No cabe imaginar un caldo de cultivo más propicio para el phubbing“.
    Extraído del libro Sal de la Máquina.

    FUENTE: https://saldelamaquina.wordpress.com...arlos-a-todos/
    Vainilla y Pious dieron el Víctor.
    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
    José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.

  3. #3
    Avatar de Kontrapoder
    Kontrapoder está desconectado Miembro graduado
    Fecha de ingreso
    29 mar, 05
    Mensajes
    3,142
    Post Thanks / Like

    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Una imagen NO vale más que mil palabras

    Publicado el 4 octubre, 2017 por Pepe Boza


    La validez e idoneidad de la imagen como medio de expresión artística a través de la fotografía, el cine, la pintura, etc… es incuestionable: del mismo modo que el lenguaje poético supera los límites de lo verbal para llegar donde las palabras no llegan, también en lo icónico la imagen artística va más allá de los límites de lo figurativo para expresar el misterio que se esconde detrás de la mirada.

    Sin embargo, la hegemonía de la imagen como instrumento generalizado de comunicación, expresión e información a lo largo del siglo XX a partir de la fotografía, el cine y sobre todo la televisión (y de la que el mundo digital se ha adueñado corrigiendo y aumentando su presencia social y su potencia de impacto) ha supuesto un enorme empobrecimiento intelectual y social siendo uno de los ingredientes básicos del pensamiento débil, de la postmodernidad, de la licuefacción de la discusión pública, de la emotivización de las relaciones, de la desinformación y, en fin, de la denominada postverdad, que es el eufemismo con el que se nombra la mentira institucionalizada que se genera, circula y amplifica en las redes sociales.

    Y es que las características de ambos medios de aproximación a la realidad para entenderla son radicalmente distintas. Compartiendo únicamente su carácter de manifestaciones exclusivamente humanas, la palabra pertenece al ámbito del pensamiento, de la racionalidad, del análisis, de la comprensión, de la profundización, de la prudencia, del alejamiento crítico y objetivo; desarrolla habilidades mentales relacionada con la concreción, la síntesis. El lenguaje verbal –oral o escrito- facilita el razonamiento, la fuerte articulación del pensamiento, la clasificación. Pero la palabra es densa, difícil: el lector, el escritor, el oyente o el hablante se enfrentan a un universo abstracto y estático, a signos alejados de la realidad visible, signos áridos cuya descodificación exige complejas operaciones mentales. Lo agradable del texto oral o escrito no está en lo que se ve, sino en su significado. El lector y el oyente se ejercitan en la paciencia, porque se les exige un placer postergado, que se alcanzan sólo a partir del esfuerzo. La lectura y el discurso exigen renunciar a una satisfacción inmediata por una satisfacción más lejana.

    En cambio, la imagen es el reino de la sugerencia, de la emoción, de la intuición. Se mide por su punch, por su capacidad de impacto. Se mueve en el reino de la emoción, la irracionalidad, la subjetividad, lo epidérmico y superficial. Ante ella, el espectador se enfrenta a signos concretos cercanos, materiales, gratificadores, que dan recompensa sin apenas esfuerzo y potencian un sentimiento de inmediatez e impaciencia. La imagen nos presenta un universo concreto y dinámico: el espectador, ante la pantalla, se somete a una hiperestimulación sonora y visual cada vez más trepidante para mantener su interés, de modo que esa vorágine de sensaciones acaba por hacerle aburrido todo aquello que es abstracto y estático como la lectura, pero no sólo como la lectura.

    Es cierto que el lenguaje es susceptible también de convertirse en un instrumento de manipulación, de reducirse a la simplicidad del slogan, de expresar mentiras que repetidas muchas veces acaban teniendo apariencia de verdad. Es precisamente el hecho de que nos apropiamos de la realidad conviertiéndola en signo lingüístico lo que hace que la manipulación de los significados permita cambiar la realidad a partir del cambio de significado de los términos que la nombran. Pero si esto nos puede suceder con la herramienta más idónea para el entendimiento, la capacidad de distorsión de la realidad a partir de las imágenes va casi implícita en su naturaleza y es inconmensurablemente mayor.

    Frente al optimismo visual que provocó en su día la televisión -esa ventana al mundo que nos “mostraba” realidades lejanas- y que de nuevo el mundo digital no ha hecho sino fortalecer, la preeminencia de la imagen no nos ha acercado a la realidad, sino que ha terminado creando una realidad mediática paralela que nada tiene que ver con ella. No es lo mismo ver que comprender. Ser testigo de lo que ocurre no es suficiente. Contemplar “en vivo y en directo” un acontecimiento no contribuye por sí mismo a explicártelo. La comprensión nos exige ir más allá de lo visto para analizar sus causas y consecuencias, contextualizarlo, proveerlo de datos, … pensarlo, en suma. Les suelo hacer ver a mis alumnos de secundaria la complejidad que se esconde en los veinte segundos que dura un spot publicitario y cómo es tan fácil de consumir como difícil de comprender: para dejarse influenciar por él no tenemos que hacer más esfuerzo que mirar. Comprenderlo, es decir, hacerlo nuestro, nos exige el trabajo de analizar su duración, el número de planos, la música y los textos verbales y escritos que contiene, el ritmo, el casting de los acotores que lo interpretan, el target al que va dirigido, los colores utilizados, los valores integrados para provocar nuestra identificación o nuestra empatía y que constituyen su significado… Finalmente necesitaremos seguramente más de mil palabras para poder convertir esos veinte segundos en pensamiento crítico y reflexivo que nos permita la libertad no de consumirlo, sino de entenderlo.

    Dejar de ser ciudadanos para convertirnos en espectadores nos hace especialmente vulnerables a todo tipo de burdas manipulaciones. Por eso la imagen es el elemento preferido de los creativos publicitarios, de la videopolítica, de los videomítines, de los videovalores transmitidos a través de la ficción y el entretenimiento visuales. Por eso su hegemonía se ha convertido un un verdadero problema y sus efectos han dado como resultado una verdadera patología social que daña la convivencia.

    Es paradigmático lo sucedido el día 1 de octubre en Cataluña que se puede resumir de este modo: no han sido los hechos lo que nos ha llegado a través de los medios visuales, sino sus imágenes. Los hechos necesitan de un discurso que los desarrolle, contextualice y explique; no son fotografiables; la imágenes “hablan” por sí solas, pero sólo de sí mismas.

    Una imagen NO vale más que mil palabras. Solo adquiere ese valor cuando somos capaces de decir mil palabras sobre ella.

    Referencias


    A propósito de “una imagen vale más que mil palabras”
    Verdu vs Sartori
    Videopolítica
    Post etiquetados como Palabra vs imagen


    FUENTE: http://www.medioambientesimbolico.as...-mil-palabras/
    Última edición por Kontrapoder; 11/11/2017 a las 22:33
    Vainilla y Pious dieron el Víctor.
    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
    José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.

  4. #4
    Avatar de Kontrapoder
    Kontrapoder está desconectado Miembro graduado
    Fecha de ingreso
    29 mar, 05
    Mensajes
    3,142
    Post Thanks / Like

    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Tanto en periodistas como en lectores la sobrecarga informativa daña el periodismo reflexivo; la marea, la vorágine va en detrimento de los matices, de la contextualización, de la profundización, del análisis y, por lo tanto, de la comprensión.

    «¿Quién tiene tiempo de sopesar las palabras si, además de escribir, tiene que estar activo en Twitter y emitir vídeos en directo a través de Facebook Live?», observa Elizabeth Jensen, defensora del oyente de la radio NPR.

    Los antes lectores, han devenido en gallináceas: picotean mucho y leen muy poco; y sufren, además, las consecuencias psíquicas y físicas del durísimo y continuo empeñarse y despeñarse en el no perderse nada («Al hambre de clics de los medios se suman las ganas de comer de los lectores: siempre hay algo a lo que prestar atención. Se empieza por el picoteo de titulares y se acaba en el empacho informativo, alimentado por una amalgama de datos masivos, algoritmos, newsletters, feeds, likes, retuits»); llegar a todo, sin entender nada a fondo, una tensión ideológica, en palabras de Víctor Lapuente de El País, provocada por la exposición permanente y sin descanso a un “vendaval de estímulos informativos” que nunca descansan porque los llevamos a todas partes en el bolsillo y que, además, no nos ponen en contacto con diferentes versiones de la realidad, sino que nos radicalizan cada vez más en nuestras convicciones tal y como mostró Pariser en su libro El Filtro Burbuja que ya comentamos en este blog. Y nuestra radicalización es la de la sociedad. No basta con captar el escasísimo bien de la atención del lector, sino que hay que mantenerla enganchada, por lo que los medios tradicionales ya no median entre la realidad y sus lectores, sino que obsesionados por ofrecerles lo que piden son estos con sus clics lo que gobiernan la orientación de la información.

    «Internet nunca dice: vale, ya has tenido bastante; ahora, márchate», dice Nir Eyal, por lo que es imprescindible dominarlo personalmente: desinstalar Facebook y Twitter del móvil pasándolos al ordenador que no va con nosotros, sino al que hay que acudir para su consulta, y obligarse a leer un periódico en papel al día. Volver a la calma del papel, de la columna, del artículo, del reportaje, del cruce de opiniones.

    Del mismo modo que aumentan movimientos en contra de la comida rápida cada vez son más los que, como Dan Gillmor recomiendan un distanciamiento de la esclavitud de la última hora: «Llámenlo noticias lentas. Llámenlo pensamiento crítico. Llámenlo como quieran. Pero consideren practicarlo en su consumo de noticias y en su producción».

    ARTICULO COMPLETO: http://www.medioambientesimbolico.as...-sobrepasados/


    Otros lo ven de manera diferente. "Las redes sociales y, en general, las empresas de internet, no pueden reconocer mucha responsabilidad en materia de información política. Porque, si lo hacen, entran en una carrera cuesta abajo ya que se les va a exigir responsabilidad por muchas cosas, desde violación de los derechos de propiedad intelectual hasta pornografía infantil", explica uno de los responsables de una organización involucrada al máximo en la controversia de la trama rusa de Donald Trump y que no puede dar su nombre por consejo de sus abogados.

    Otro asunto es que gran parte del modelo de negocio en internet se basa en no tener empleados y dejar que los algoritmos decidan. El problema es que, por muy sofisticado que sea un programa informático, éste siempre es consecuencia de las personas que lo han hecho y, también, reflejo de los contenidos de la propia Red que, a su vez, son realizados por miles de millones de individuos. Pero al final, siempre, están las personas.

    ARTÍCULO COMPLETO: Cómo internet se convirtió en una amenaza para la democracia | Papel | EL MUNDO

    Y sin embargo, en cierto modo, la profecía no estaba equivocada. Facebook murió en algún momento, pero no nos dimos cuenta. De hecho, hasta es posible que haya muerto varias veces.

    Primero cuando pasó de ser un gigantesco repositorio de contactos a un negocio, porque ese fue el inicio de todo. Es evidente que en el mundo en que vivimos, cuando no pagas por un producto es que el producto eres tú. Y en Facebook, que de tontos no tienen un pelo, vieron rápidamente el modelo que seguir: tenían entre mano un gigantesco catálogo de datos personales que los usuarios les estaban regalando sin pensárselo.

    [...]

    Pronto llegaría la segunda muerte de Facebook: el algoritmo. Se trata de una operación matemática que decide, en base a criterios desconocidos, qué contenido enseñar. Nada de esto es nuevo: la base del éxito de Google es su algoritmo de búsqueda, es decir, cómo criba los resultados (porque no, Google no lo enseña todo, ni mucho menos) y cómo los jerarquiza.

    Desde su implantación, el contenido que aparece en tu muro ya no es cronológico, y su permanencia dependerá de muchas cosas. Así, hay contactos a los que ves siempre, y contactos a los que no ves nunca y quizá ni sabrías que tienes añadidos. Y no es porque tengan su perfil cerrado para que no veas cosas que publican: sencillamente, Facebook elige qué te muestra.

    La tercera muerte, que fue la que empezó a escamar a las empresas, fue la de condicionar no solo qué se veía por criterios desconocidos —interacciones, repercusión, lo que fuera—, sino también por formatos. Aparecieron los vídeos con autoplay silenciados, que solo se volvían sonoros si los tocabas. Los timelines empezaron a parecer discotecas con movimiento por todas partes: únicamente los vídeos eran visibles, básicamente porque la publicidad en ellos se vendía mejor.

    Sin embargo, no todos los vídeos valían. Si compartías el enlace a un vídeo externo no funcionaba de la misma manera que si subías el vídeo directamente a la plataforma. De hecho, hasta firmaron acuerdos con proveedores de contenido para que empezaran a volcar su contenido directamente en Facebook. El mensaje estaba claro: si quieres ser visible, danos tu contenido.

    La cuarta muerte, la más reciente, ha consistido en cerrar las puertas a todo. Ahora las empresas solo serán visibles si pagan por serlo. En el fondo, tiene sentido. Facebook ha montado un freemium gigantesco: tiene la mayor sala del mundo y la tiene hasta arriba de gente. Si quieres entrar, paga; si no, serás invisible.

    Haz la prueba: comparte algún comentario con enlace y caerás en la mayor de las irrelevancias; comparte un vídeo que subas en la plataforma, o quizá incluso una foto, y alguno te verá. Haz lo anterior y paga y llegarás a miles de personas. En The Oatmeal daban en el clavo contándolo hace unos días.

    ARTÍCULO COMPLETO: Facebook cierra su coto privado: si quieres ser visto, tendrás que pagar - Yorokobu


    Otros artículos interesantes:

    Google: Acusan a YouTube de permitir vídeos de violencia extrema que traumatizan a niños. Noticias de Tecnología
    (Es un resumen de este extenso artículo publicado en inglés: Something is wrong on the internet – James Bridle – Medium)

    La tecnología para manipular contenidos amenaza con devolvernos a las noticias del siglo XX | MIT Technology Review en español

    Noticias de China: El carné por puntos que prepara China para distinguir entre buenos y malos ciudadanos . Noticias de Mundo


    Es interesante también lo que dijo un antiguo forero en Twitter:

    Irrintzi irredento‏ @IrrintziAlaves

    Antaño Dios, las animas, los espíritus se nutrían del rezo.Hoy en la imitación mecánica del mundo animado, Google se nutre de nuestros datos

    Cuantos más datos proporcionemos a los algoritmos, los nuevos oráculos, más poder, omnisciencia y autoridad adquieren sobre nuestras vidas.


    11:37 - 1 nov. 2017

    FUENTE: https://twitter.com/IrrintziAlaves/s...93847111806976
    Última edición por Kontrapoder; 11/11/2017 a las 22:32
    raolbo, Vainilla y Pious dieron el Víctor.
    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
    José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.

  5. #5
    Avatar de Kontrapoder
    Kontrapoder está desconectado Miembro graduado
    Fecha de ingreso
    29 mar, 05
    Mensajes
    3,142
    Post Thanks / Like

    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Sexo barato: tres elementos tecnológicos que han reducido su “precio”

    Publicado el 1 noviembre, 2017 por Pepe Boza



    El sociólogo Mark Regnerus, profesor asociado en la Universidad de Texas, desarrolla en su libro Cheap Sex un análisis de varios estudios sobre las prácticas y preferencias de los jóvenes norteamericanos de 25 a 34 años. En él se confirman los pronósticos hechos en 1992, en la era pre-Internet, por Anthony Giddens en La transformación de la intimidad: la desaparición de la exclusividad sexual; el florecimiento de múltiples expresiones e identidades sexuales; el incremento de las relaciones de muy corto recorrido y la “fobia” al compromiso. «Para muchos jóvenes estadounidenses –apunta Regnerus–, todas estas son realidades obvias, el modo normal de ser de las cosas». Así lo expresa un joven de 24 años que a la pregunta de si se casaría responde que sí, que algún día, pero no pronto, pues «no soy tan estúpido. Todavía puedo salir y tener sexo con millones de chicas».


    A pesar de que en las encuestas el matrimonio sigue siendo muy valorado de los 18 a los 24 años, la proporción de jóvenes casados se ha invertido desde el año 2000 hasta ahora: los no casados sobrepasaban a los casados por 53% vs. 40%.


    Se ha producido un paulatino cambio de modelo en buena parte de la población: del “amor romántico” enfocado a la pareja y que con altos y bajos está orientado hacia la familia, a la “relación pura” de Giddens, mucho más individualista y frágil y que tiene su barómetro en la emoción y el gusto, concede importancia vital al descubrimiento y busca no interferir jamás en la voluntad del otro.


    «Para los hombres estadounidenses, el sexo se ha vuelto barato. Si comparamos con el pasado, hoy muchas mujeres esperan poco a cambio del sexo en términos de tiempo, atención, compromiso o fidelidad. Ellos, por su parte, no se sienten obligados como antes a suministrar esos bienes. Es la nueva norma sexual para los norteamericanos, hombres y mujeres por igual, de cualquier edad».


    El investigador señala tres elementos tecnológicos «supresores” del precio, que han alterado significativamente las dinámicas del mercado de emparejamiento, a menudo de modo invisible para las personas».


    1) La amplia difusión de las píldoras anticonceptivas que han extendido la mentalidad de que el sexo es “naturalmente” infértil, disociando el sexo de la posibilidad de embarazo y de la crianza de hijos, y han hecho que «Las relaciones sexuales les cuesten a los hombres, en promedio, menos que antes. […] Como el riesgo de embarazo ha decrecido radicalmente, el sexo ha aparcado muchos de los costos personales y sociales que una vez animaron a las mujeres a esperar».


    2) La producción a gran escala de pornografía y el aumento disparatado de su consumo on line: un 46% de los varones menores de 40 años, consumen pornografía –30 puntos más que las mujeres– cerrando la brecha entre sexo falso y sexo real, provocando que un 15% de los hombres se abstengan de buscar pareja y entrar en el mercado matrimonial. «Un portátil nunca dice no, y para muchos hombres, las mujeres virtuales son una genuina competencia a las parejas reales.»


    3) Las webs o apps de citas, que hacen descansar la búsqueda de pareja informal en algoritmos que se hacen cada vez más eficientes al efecto, provocando relaciones más fáciles y paradójicamente, como con la pornografía, un ascenso de la apatía sexual.


    Hoy el sexo sale barato y las víctimas de este “bajo costo” seríamos todos, pero, sobre todo, las mujeres que quieren casarse tempranamente y, por supuesto, los hijos que experimentan sin saberlo menos estabilidad familiar.


    Anticonceptivos, pornografía y date Apps: tres tecnologías que inciden en nuestra escala de valores sociales y en nuestro modo de ver el mundo. Lo hacen de modo evidente por flagrante, pero a la vez -y eso es lo malo y peligroso- paradójicamente invisible.

    Visibilicémoslo. Como dice Regnerus, lo primero para resolver un problema es darse cuenta de que existe.


    Referencias

    Reseña de Aceprensa (solo para suscriptores)
    Cheap Sex en Amazon


    FUENTE: http://www.medioambientesimbolico.as...ido-su-precio/
    raolbo dio el Víctor.
    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
    José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.

  6. #6
    Avatar de raolbo
    raolbo está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    01 may, 15
    Mensajes
    455
    Post Thanks / Like

    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    El daño que está haciendo, y hará, que toda clase de contenido pornográfico esté al alcance de cualquier joven occidental a un solo golpe de ratón, no tiene nombre. Cuando hablamos de pornografía nos referimos, nada menos, a un veneno para el alma y también para el cuerpo. Lo curioso es que al que pone los efectos muy perjudiciales de la pornografía sobre la mesa se le considera una especie de fanático, cuando éstos han sido perfectamente identificados por médicos y psicólogos, los que se han atrevido a tocar el tema. Además de embotar la sensibilidad e introducir toda clase de elementos corruptores del alma, la pornografía destruye la virilidad del hombre que la ve, acabando por convertir al consumidor compulsivo en un pingajo sin sangre en las venas incapaz de relacionarse normalmente con una mujer. Cualquiera espera que, ante eso, haya un aumento de la natalidad. La juventud sana y vigorosa del futuro sólo será si se proscribe la pornografía, pues si bien es cierto que los efectos más extremos sólo se perciben en los consumidores más adictos, es netamente imposible que a nadie le haga ningún bien ver pornografía. Tengo el convencimiento que todos seríamos mejores personas si nunca hubieramos siquiera oído hablar de pornografía.

    Ante estas circunstancias, me es imposible entender el optimismo tecnológico en parte de la derecha. Me es imposible entender que no se admita que lo que se puede ver en Internet debe estar controlado por el Estado. Me es imposible entender, en definitiva, las apelaciones a la "libertad de expresión" y contra la censura que se han puesto de moda en la derecha en los últimos tiempos, como si todas las opiniones valieran lo mismo y no las hubiera dañinas, principio cuya práctica lleva precisamente a la preeminencia de la opinión, generalmente inducida, de la masa. Frente a eso, pienso que hoy, más que nunca, urge recuperar a Platón y a su defensa de la aristocracia, del Estado dirigido por la verdadera aristocracia, frente a la perversión sofística-democrática.
    Última edición por raolbo; 11/11/2017 a las 23:31
    Kontrapoder dio el Víctor.

  7. #7
    Avatar de Kontrapoder
    Kontrapoder está desconectado Miembro graduado
    Fecha de ingreso
    29 mar, 05
    Mensajes
    3,142
    Post Thanks / Like

    Re: La mente colmena y la muerte de la religión

    Cita Iniciado por raolbo Ver mensaje
    El daño que está haciendo, y hará, que toda clase de contenido pornográfico esté al alcance de cualquier joven occidental a un solo golpe de ratón, no tiene nombre. Cuando hablamos de pornografía nos referimos, nada menos, a un veneno para el alma y también para el cuerpo. Lo curioso es que al que pone los efectos muy perjudiciales de la pornografía sobre la mesa se le considera una especie de fanático, cuando éstos han sido perfectamente identificados por médicos y psicólogos, los que se han atrevido a tocar el tema. Además de embotar la sensibilidad e introducir toda clase de elementos corruptores del alma, la pornografía destruye la virilidad del hombre que la ve, acabando por convertir al consumidor compulsivo en un pingajo sin sangre en las venas incapaz de relacionarse normalmente con una mujer. Cualquiera espera que, ante eso, haya un aumento de la natalidad. La juventud sana y vigorosa del futuro sólo será si se proscribe la pornografía, pues si bien es cierto que los efectos más extremos sólo se perciben en los consumidores más adictos, es netamente imposible que a nadie le haga ningún bien ver pornografía. Tengo el convencimiento que todos seríamos mejores personas si nunca hubieramos siquiera oído hablar de pornografía.

    Ante estas circunstancias, me es imposible entender el optimismo tecnológico en parte de la derecha. Me es imposible entender que no se admita que lo que se puede ver en Internet debe estar controlado por el Estado. Me es imposible entender, en definitiva, las apelaciones a la "libertad de expresión" y contra la censura que se han puesto de moda en la derecha en los últimos tiempos, como si todas las opiniones valieran lo mismo y no las hubiera dañinas, principio cuya práctica lleva precisamente a la preeminencia de la opinión, generalmente inducida, de la masa. Frente a eso, pienso que hoy, más que nunca, urge recuperar a Platón y a su defensa de la aristocracia, del Estado dirigido por la verdadera aristocracia, frente a la perversión sofística-democrática.
    Pues lo has explicado de manera magistral. Con pornografía hasta en la sopa no puede haber una sociedad sana. De hecho, parece que esta proliferación pornográfica podría influir negativamente en la natalidad, lo que lleva a la muerte física de las sociedades.

    Por lo tanto, no se entiende el rechazo que causa la palabra "censura" en ámbitos patrióticos y católicos. No se entiende esa glorificación de la libertad de expresión, tratando la libertad como si fuera un fin en vez de un medio. Y no se entiende el optimismo tecnológico, pues esta proliferación de la pornografía y de discursos demenciales es inherente a internet. Es decir, el diseño de internet conduce inevitablemente a eso y, por otra parte, el modelo de negocio de las grandes compañías pasa por la mayor automatización posible, con lo que les resulta enormemente molesto tener que contratar a alguien que revise los contenidos. Mientras no se solucionen estos problemas estructurales, no veo la razón para ser optimistas, incluso dando por sentado que el medio digital nos permita a los patriotas una mayor libertad para expresar nuestras ideas. Si el precio para que yo exprese mis ideas con total libertad es que se vaya al garete la sociedad, me deja de interesar.
    Hyeronimus y raolbo dieron el Víctor.
    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
    José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.

Información de tema

Usuarios viendo este tema

Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)

Temas similares

  1. La Lucha Por Tu Mente
    Por donjaime en el foro Política y Sociedad
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 29/12/2015, 09:36
  2. La nueva religión
    Por TOMÁS MORO en el foro Ciencia
    Respuestas: 6
    Último mensaje: 15/08/2010, 18:20
  3. ¿Patria o Religión?
    Por furiaespañola en el foro Política y Sociedad
    Respuestas: 23
    Último mensaje: 25/01/2009, 16:42
  4. Pregunta, ¿Que religion?
    Por Agustiniano I en el foro Religión
    Respuestas: 3
    Último mensaje: 07/02/2008, 15:55
  5. La religión socialista.
    Por Cirujeda en el foro Política y Sociedad
    Respuestas: 16
    Último mensaje: 12/12/2006, 16:41

Etiquetas para este tema

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •