Me ha parecido muy acertado el artículo de Juan Manuel Prada. Es verdad que gran parte del rechazo al islam viene, no de un sincero aprecio por el cristianismo, sino de un odio a la religión y al fenómeno religioso. Muchos de los comentarios que se leen en las redes sociales contra el islam se podrían trasladar perfectamente al cristianismo.
Dentro de los progres hay una parte que es islamófila, con el objetivo de incordiar al cristianismo, pero hay otro sector muy importante que es islamófobo y que va a serlo cada vez más. No por casualidad, los grandes ideólogos de esta corriente islamófoba han sido antiguos izquierdistas, como Oriana Fallaci, o como Gabriel Albiac, Hermann Tertsch y toda la tropa de Libertad Digital. Los ideólogos de la derecha solían tener una percepción muy diferente del fenómeno islámico, como es el caso de Vittorio Messori en este artículo, antes de que irrumpiesen estos propagandistas. Ya si acudimos a textos que se publicaron en los años 30-50 del pasado siglo, especialmente dentro del bando nacional, nos podemos llevar grandes sorpresas.
Como decía, me parece singularmente acertado el artículo de Prada, al igual que los dos que escribió sobre el burkini. Sin embargo, más que su acierto, creo que hay alabar su valentía, pues ese tema es tremendamente impopular ahora mismo. No está el horno para bollos y Prada ha dicho la verdad a riesgo de perder algunos lectores.
También me parecen muy acertados los comentarios de Lewis (por cierto, hace siglos que no te veía por aquí, así que celebro tu vuelta), pero discrepo de la distinción que establece entre suníes y chiíes; en general creo que es mala idea mezclar estas disquisiciones con cuestiones geopolíticas que tienden a enturbiar la realidad. Suníes eran Sadam Husein y Gadafi. Suníes son los grandes protectores de los cristianos, como el Rey de Jordania y el General Sisi en Egipto. Suní es el 85% del islam y el 100% de nuestros vecinos en el norte de África. Pero entiendo que es otro tema que tampoco conviene tratar ahora y por ello sólo aporto una pincelada.
En el origen de esta corriente islamófoba hay otros aspectos que creo que sería interesante abordar. Por ejemplo, la islamofobia* es el vector de entrada perfecto para el racismo o para una xenofobia que se aleja mucho del sano amor a la patria que enseña el cristianismo. El odio se dirige inicialmente contra los musulmanes, porque son los que la sociedad occidental ve como más ajenos a sus costumbres degeneradas, pero se acaba extendiendo con mucha facilidad a otros grupos étnicos, como hispanoamericanos, negros y árabes cristianos. Al empezar por los más odiados, los musulmanes, se consigue que la gente asuma de manera gradual un rechazo contra todos los percibidos como "tercermundistas" o ajenos a las costumbres occidentales. Asimismo la islamofobia es una poderosa arma para justificar la política criminal del Estado de Israel; de ahí que muchas de las campañas islamófobas vengan de think-tanks judíos y de ahí que todos los líderes identitarios europeos hagan parada y fonda en Israel. Pero, como decía, me limito a aportar unas breves pinceladas con ánimo de complementar lo ya expuesto por Prada y por otros foreros. Entiendo que otras personas piensen lo contrario que yo en este punto y sólo les pido que no me juzguen muy severamente.
*Nota: no me convence mucho el término, pero lo uso puesto que no encuentro otro mejor y el propio Juan Manuel lo utiliza.
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