Por supuesto que, como en todo, no se puede caer en excesos, y al parecer hoy en día es excesiva la cantidad de deberes que ponen a los escolares. Claro que no se puede estar una o dos horas haciendo deberes después de clase, pero también es necesario estudiar y hacer ejercicios. Por ejemplo, problemas (que no meros ejercicios sin mayor utilidad) de matemáticas, que le servirán más adelante al alumno para resolver situaciones que le surjan en la vida. Claro que hay que replantearse el sistema educativo, porque la sociedad española nunca ha sido tan ignorante. Nunca se ha enseñado tan poco y tan mal. No hay que tomarse tan al pie de la letra esos artículos que he publicado aquí, pero sí que tienen bastante razón en muchos aspectos. Es cierto que en mis tiempos no hacíamos tantos deberes como les imponen hoy en día a los escolares; pero sí había que hacer algunos, y además había que estudiar. Lo que no quería decir que tuviéramos que pasarnos horas con ello. Y, Alejandro, no sé por qué hablas de "memorizarización" y de "memorizar tochos". No sé qué te habrán contado, pero te aseguro que en mi época no teníamos que aprendernos la lista de los reyes godos (eso sólo lo he visto en los tebeos; se aprendían sólo los importantes) ni teníamos que aprendernos poesías de memoria (algunos lo hacíamos por gusto, pero no memorizándolas, sino que a fuerza de leerlas se nos quedaban). Y siempre nos enseñaban que nunca había que aprenderse las cosas como los loros para recitarlas palabra por palabra, sino entendiendo los conceptos. Nada de lecciones de memoria. Sólo se memorizaba el Catecismo porque eran respuestas breves y precisas que tenían que ver con cuestiones de fe. Lo que sí había era más espíritu de sacrificio y de trabajo. Cuando había que estudiar se estudiaba, y cuando había que jugar se jugaba, sin mezclar lo uno con lo otro. Aprendíamos a estudiar, a hincar los codos y disciplinarnos. Y no te exagero si te digo que cualquier niño de primaria hace cincuenta años tenía más cultura que muchos que se han criado con la LOGSE y todo ESO que hay ahora. Con menos libros (no había que llevar una maleta a clase como quien se va de viaje) y con deberes. No tantos como hoy, por supuesto, ni necesariamente cada día pero algunos deberes.