Re: Perder Cataluña por Juan Manuel de Prada
Iniciado por
Leolfredo
Si es necesario porque, salvo en un ambiente en que triunfa la mencionada desnaturalización, puede convencerse a la gente de que una nación se conforma por simple voluntad expresada en un sufragio, el famoso derecho a decidir.
El primer problema a dilucidar es "qué es una nación" algo que desde finales del XIX se nos quiere vender desde varios ámbitos opuestos entre ellos:
Laura Tejedor FuentesVicente J. Díaz Burillo11/06/2014
“Las naciones, por tanto, no son algo natural, así como tampoco han sido los estados nacionales el destino final de los grupos étnicos y culturales. De este modo rechaza Gellner el mito de los nacionalistas. El nacionalismo no es el despertar de unas supuestas unidades míticas naturales dadas. Son, más bien, la cristalización de nuevas unidades culturales posibilitada por las condiciones que la sociedad industrial impone”.
Vicente J. Díaz Burillo
Los nacionalismos son la filosofía de los cínicos convertida en ideología que, más temprano o más tarde, acabará con esta civilización actual. El nacionalismo siempre tiene un componente único: el "nosotros" frente al "ellos" . Y en ese componente sólo hay odio y sangre.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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