Habría que definir a quienes consideramos como «fascistas» pues es una palabra que utilizamos a la ligera. Lamentablemente, podemos observar en su mayoría que entre aquellos que se hacen llamar «fascistas» son llanamente «conservadores» en los cuales la mayoría de sus pensamientos coinciden más que nada con algunos clamores de la modernista «Alt Right» y todo lo contrario que es la Tradición. En algunos casos podemos observar que aquellos que se llaman «fascistas» insultan o degradan a S.S Francisco I o las instituciones pontificias dañando así a la Iglesia Católica así como los anteriores mencionados y no son críticas teológicas ni mucho menos, son críticas ideológicas de las cuáles toman argumentos en su mayoría de medios protestantes y cercanos a la «Alt Right» de los cuales la mayoría son bulos o bien malinterpretaciones intencionadas.

El denominado «neopaganismo» no es nada mas que la arrogancia de sujetos que al igual que los liberales se niegan a postrarse ante la palabra de Dios y se escudan en un vacío «neopaganismo» asegurando que esta es la «Fe de Europa» cuando no tienen «Fe» ni en ellos mismos. Son sujetos que en vez de sentirse orgullosos de la herencia grecorromana la vilipendian e insultan pues al criticar la Iglesia Católica insultan directamente a la herencia grecorromana, insultan a los herederos de la Roma. Los «neopaganos» son sujetos que sin haber leído las Sagradas Escrituras y pese a que tienen un nulo conocimiento teológico se creen dueños de la verdad y en algunos casos se escudan en un falso sedevacantismo —por razones ideológicas, arrogancia y soberbia, ya que son incapaces de realizar una crítica teológica— para insultar y degradar a las instituciones pontificias y a S.S Francisco I.

Los «neopaganos» son esencialmente darwinistas y luteranos; abogan por políticas radicalmente contrarias a la Tradición y llanamente buscan el problema de la degeneración en Europa cuando ellos son el vivo ejemplo de esta. También cabe decir que es curioso que los «neopaganos» se llamen «patriotas» cuando adoptan las creencias en los «Dioses» escandinavos, podrían tener algo de coherencia y tener como referentes por ejemplo a la Dama de Elche, pero no lo harán por que el «neopaganismo» es la nada, es la soberbia y el orgullo de negar una realidad como es la existencia de Dios escondidos en una moda sacada a relucir por ciertos elementos del nazismo. La vida sin Dios es una vida vacía, es andar sólo y abandonado por los caminos de la vida sin nadie a tu lado afanado en un orgullo y soberbia que engulle tu alma lentamente hasta que el fuego de tu corazón se apaga; en el Averno aquellos que rechazaron con orgullo y soberbia que Dios no existía en pos de «Dioses» falsos verán que ya no habrá solución posible y estarán condenados por los siglos de los siglos.