Juan del Aguila:
Leo tus innumerables artículos sobre la extinción de los españoles (y de los europeos).
Es todo cierto; y aun hasta creo que te puedes quedar corto.
Lo único en lo que discrepo es en el tono que usas; me parece exagerado alarmarse por algo que nadie, en general, considera un problema.
Creo que, irremediablemente, ninguna alarma sirve ya para pretender nada de esta “sociedad” (es un decir) ..cadavérica.
No pretendas nada de donde no queda nada.
España murió hace décadas ( o siglos), y ya solo es como el cuerpo de un insecto muerto del que las hormigas separatistas rebañan patas y alas para su hormiguero..
(Eso mismo les sucederá a las taifas dentro de algunas décadas, vía emigración tercermundista.)
Esto hay que asumirlo.

Pero siempre podemos ver el lado positivo.
Esta catástrofe, inimaginable hace sólo 30 años, a mí me hace confiar en que Dios esta ahí; y en que esa es su Justicia.
La sociedad española, en que se perpetran, desde hace 30 años, los más monstruosos atentados contra la Religión y la Ley Natural, por gangsters “elegidos democráticamente” MERECE ser aniquilada por Dios (y máxime por lo favorecida de Dios que fue en otras épocas )
Y Dios la está aniquilando.
Aceptémoslo y démosle gracias por no enviarnos terremotos, pestes y guerras, sino que, en su gran sabiduría, simplemente le baste con obnubilar los espíritus degenerados para hacerlos estériles.

La reproducción de un pueblo es sinónimo de la salud de los principios en que se basa esa sociedad.
Que España creciera demográficamente ..con los monstruosos “principios” en que se basa su “convivencia” ..clamaría al Cielo.

España cumplió su cometido histórico, y muy bien además.
Tal parece ser lo que en Dios, en sus arcanos, estaba dispuesto.