El CSIC exalta el origen pagano de la Navidad

En pleno debate sobre la ofensiva laicista del Gobierno, un informe del organismo de Educación destaca que la celebración no tiene una raíz cristiana - Relaciona el 25 de diciembre con un «viejo mito oriental» del dios Mitra

J. B.







MADRID- ¿Son las celebraciones navideñas una tradición cristiana o pagana? ¿Un invento creado siglos después y basado en antiguos rituales de otras culturas, o parte de una tradición milenaria enlazada con el cristianismo? Pues, según un informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), del que no se sabe días después aún por qué se ha hecho público ni quién ha decidido hacerlo público, la Navidad que celebramos nada tiene que ver con la tradición cristiana.

El primer punto de este informe, del que sólo se ha mostrado una pequeña parte y que forma parte -dicen en el CSIC- de un libro escrito por uno de los investigadores relacionados con el Consejo, Manuel Mandianes, es «Cuando la Navidad no era cristiana». En él se dice textualmente que «en el calendario actual hay una coincidencia entre el tiempo de celebración sagrado y el tiempo de disfrute profano. En realidad, fiestas y celebraciones como la Navidad o la llegada de Papá Noel se pueden aislar hoy día del hecho religioso, circunscrito a la misa del Gallo y la oración familiar».

«No hay fiestas cristianas»
El informe continúa diciendo que «las festividades de Navidad y Epifanía, junto a Todos los Santos, forman parte de las celebraciones con fecha fija del calendario cristiano. Pero lo cierto es que no existen fiestas estrictamente cristianas, ya que, al menos en su origen, en su mayor parte proceden de ritos paganos».

«Durante mucho tiempo, la fiesta cristiana por antonomasia, casi la única, fue la Pascua, que duraba 40 días. La Navidad empezó a tomar forma en el calendario cristiano a partir del siglo IV. En concreto, la Ascensión y la Natividad comenzaron a celebrarse en Roma hacia el año 330 d. C. En un principio, la Navidad y la Epifanía eran una misma fiesta; sólo a finales del siglo IV y comienzos del V se separaron. Occidente celebraba la Navidad y Oriente, la Epifanía.

¿Por qué el 25 de diciembre?
Con esta pregunta empieza el segundo punto del informe. La respuesta que sigue es más tajante: «La fecha del nacimiento de Jesús no se conoce con exactitud, los datos existentes son contradictorios». Luego, Mandianes relaciona este festejo con otras culturas: «Un viejo mito oriental dice que Mitra, dios protector del orden cósmico y de la justicia humana, que garantizaba los tratados de paz, salió de su roca un 25 de diciembre para arrancar a los hombres de las garras del mal; y añade que unos pastores asistieron a su nacimiento. Más tarde, bajo la influencia de Babilonia, este mismo dios aparece como enviado del Sol con la misión de crear la vida en la Tierra». Según el CSIC, «la tradición cristiana incorporó la fecha del 25 de diciembre para alejar a los fieles de las celebraciones idolátricas y paganas del “Natalis Solis Invicti’’ en un periodo de paganismo decadente, en el que el culto al Sol estaba muy en boga. La Iglesia sitúo así el nacimiento de Jesús en el momento del renacimiento del Sol», concluye este segundo punto.

Árbol versus Belén
El CSIC continúa su informe haciendo una comparación entre el árbol de Navidad y el Belén. «La rivalidad entre el árbol y el Belén navideño se inició en el siglo XVI, como materialización del desencuentro entre los protestantes y la Contrarreforma. La Iglesia llevaba por entonces varios siglos representando con figuras el nacimiento del Mesías y la adoración de los Reyes Magos, mientras que del primer árbol de Navidad del que se tiene conocimiento se ubica en Alsacia, en el siglo XV».

Mandianes sostiene que «la reforma de Lutero, en el siglo XVI, luchó contra los belenes en su intento de evitar cualquier forma de idolatría, e impuso el árbol en los países de influencia protestante. El árbol, sin idolatrar figuras, mantenía una simbología enraizada en la Biblia. La reacción de las iglesias católicas para popularizar los nacimientos frente al reformista árbol fue modernizarlos; poco a poco los belenes ofrecieron una representación más realista de los hechos y de las personas. Así llegaron las figuras laicas, los pastores, que representaban todo tipo de oficios y trabajos.

Papá Noel, sacerdote cristiano
Por último, el estudio explica como Nicolás se convirtió en Papá Noel. «La figura de Papá Noel se inspira en un sacerdote cristiano de origen griego llamado Nicolás, que vivió en el siglo IV en Anatolia. Nicolás se convirtió en una de las personas más veneradas por los cristianos de la Edad Media». Luego, explica Mandianes, y tras una transformación fonética y cultural del nombre (Santa Claus) fue una popular marca de bebidas la que creo su aspecto. El éxito de este actual símbolo pagano se debe a que en EEUU se satisfacía con él por igual a los niños laicos, protestantes, judíos u ortodoxos. De ahí dio el salto a Europa en el siglo XIX , dice el informe.


http://www.larazon.es/noticias/noti_soc2048.htm