Primero, le pido disculpas por tutearle sin su consentimiento previo.

Yendo al fondo de la cuestión, creo que estamos de acuerdo en lo esencial: España atraviesa una grave crisis y tenemos que movilizarnos con el mayor interés en la medida de nuestras posibilidades.

Pero, para no perder el norte, tengamos en cuenta la realidad: Pocos españoles perciben el peligro existente. Esa es la cruda realidad y más vale que la reconozcamos.

Conociendo la situación de partida, hagamos ahora y en adelante lo que podamos, pero sabiendo que España es, forzosamente, una realidad temporal, no eterna, y que su misión en la historia es la que Dios le ha dado y no la que pudiera gustarnos.