El problema de dicho prinicipio es cómo sea aplica en los incipientes movimientos políticos nacionales.

Me refiero al autonombramiento: seres visionarios (normalmente muy mediocres, y no conscientes de sus limitaciones) que se autoproclaman caudillos, normalmente provocando sucesivas escisiones en los diferentes grupúsculos políticos.

Los fenómenos son variados: nacionalpardillismo, nacionalmacarrismo, nacionaltorrentismo...etc...