Pues me parece que lleva bastante razón. Esto mismo lo vengo ya observando desde hace bastante tiempo en los partidos minoritarios de todo el espectro político. Me permito apuntar algunos rasgos adicionales o complementarios a los ya señalados:
- Comportamientos paranoicos.- Los miembros del grupo tienden a atribuir todos los males que les ocurren a la actuación del sistema, cuando la mayoría de las veces se deben a su propia incapacidad. Igualmente, si alguien les hace una sugerencia con buenas intenciones, se lo pueden tomar como un ataque. Cualquier pregunta acerca del grupo puede suscitar reacciones defensivas o acusaciones de estar a sueldo del sistema (síndrome de Antonio Salas). Creen que todo el mundo está contra ellos. No está todavía explicado si es que los paranóicos tienden a unirse a ese tipo de grupos, o bien que algunos acaban paranóicos a raíz de su militancia.
- Delirios de grandeza.- Se tiende a sobrevalorar la importancia del grupo en relación con la sociedad. Si salen 5 segundos hablando mal de ellos en un programa de televisión se muestran excitados por el "gran impacto mediático". La mayoría de gente en realidad no sabe ni qué existen.
- Defensa acrítica de los adheridos.- Si alguien del exterior o de otro grupo crítica a alguno de sus militantes o simpatizantes por una acción equivocada, inmediatamente todos cierran filas en torno a él, aunque sepan positivamente que no lleva razón. En algunos casos se llega a defender a individuos con graves comportamientos delictivos. Este proceder creo que viene motivado por el escaso número de adherentes, que por un lado hace que no se ponga ningún filtro a la entrada y por otro que se defienda con uñas y dientes a cualquier adherente, puesto que si se va pueden quedar en cuadro. Eso no impide que en un momento dado se lancen puñaladas traperas contra alguno de los afiliados desde dentro del mismo grupo.
- Falta de coherencia.- Es muy frecuente que con la mayor naturalidad y sin ofrecer ningún tipo de explicación, determinados grupos o personas que participan en ellos, pasen de defender una cosa a defender su contraria de un día para otro. No hay nada que objetar a que alguien cambiase para bien, pero el problema es que en la mayoría de los casos se pasa a maldecir a los que dicen lo mismo que se decía hace dos días, con el furor del converso. La lógica exigiría al menos una mayor comprensión y tolerancia hacia los que todavía no han sido capaces de ver la luz. Una variante específica de este trastorno es el neoísmo, consistente en introducir cada vez mayores novedades en la doctrina y en los referentes ideológicos, de un modo continuo y con la intención de epatar a la gente. Cuando la gente se está todavía reponiendo del cambio, el mismo grupo ya empieza a introducir otros cambios aún más bruscos. Al final lo que ocurre es que no se transmite ninguna coherencia y la gente queda desconcertada.
- Timo del "camarada".- Alrededor de estos grupos pululan personas que, bajo la excusa de ser camarada y apelando a nobles sentimientos, aprovechan para pegar sablazos para su exclusivo uso y disfrute.
- Utilización de chivos expiatorios a los que se echa la culpa de todos los males: los fascistas, los nazis, los socialistas, los judíos, los moros, los yankis, los inmigrantes... Cada grupo tiene su chivo particular. Se evita de esta manera la necesidad realizar un análisis concienzudo de los problemas para después elaborar un discurso coherente que ofrezca soluciones reales.
- Opacidad absoluta.- En las cuentas, en el número de afiliados, en las reuniones. En muchos casos no se informa de los actos que se supone que son públicos y se da únicamente un número de teléfono.
- Recurso a la mentira y falta de escrúpulos.- Pese a que estos grupos minoritarios suelen abogar por una regeneración de la sociedad, en la práctica muchos de sus miembros recurren a la mentira y a todo tipo de comportamientos inmorales para conseguir sus fines, al mismo o peor nivel que los políticos del sistema que dicen combatir.
- Desinformación acerca del programa.- Es frecuente que estos grupos tengan un programa poco elaborado o que incluso carezcan de él. En su lugar se hacen proclamas grandilocuentes y apelaciones al voluntarismo de la gente. Los militantes no conocen bien el programa y con frecuencia defienden cosas totalmente opuestas o que entran en grave contradicción.
- Síndrome del club de dominó.- Hay ciertas personas que acuden a estos grupos como forma de relacionarse con la gente y pasar el rato, más que movidos por unos ideales. Con frecuencia algunas sedes se convierten clubes sociales donde acude la gente a jugar al dominó, a contar batallitas o a hacer de todo menos política.
- Sectarismo.- Está comprobado que cuanto más pequeño es un grupo más sectario es. El éxito une y el fracaso desune. Estos grupos minoritarios se muestran cerrados a pactar, hablar o siquiera a mantener una entente cordial con otras formaciones que defienden principios similares. Cuando realmente se llega a algún tipo de acuerdo normalmente no es para construir nada positivo sino para fastidiar a un tercero. Con los partidos afines se tiene un especial ensañamiento, puesto que compiten por el mismo nicho de mercado.
- Síndrome de la muñeca rusa.- Asociado al punto anterior, es frecuente que en el interior de estos grupos se produzan acaloradas disputas que acaban produciendo una escisión, que a su vez produce otra escisión y así sucesivamente hasta al infinito. Con el tiempo puede darse el caso de que los escindidos pasen a defender lo mismo que defendía el grupo matriz y por cuya razón se escindieron, o que el grupo matriz pase a defender lo mismo que defendían los escindidos (sin ningún tipo de recato). Esto demuestra que en la mayoría de escisiones las razones ideológicas que se alegan son una tapadera de las verdaderas razones personalistas.
Estas y otras razones hacen que, como explica el artículo que pegó Donoso, la gente más válida se vaya y por el contrario se queden los más incapaces. Es una especie de selección natural pero a la inversa. Naturalmente no siempre es así y habrá muchísimas excepciones, pero existe la tendencia.
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