Como anécdota Hyeronimus, hace poco presencié en la cafetería de unos grandes almacenes un hecho que define perfectamente esa preocupación...
En la mesa frente a mi se hallaba una pareja con dos hijos, niño y niña, pues bien, la niña que debía tener no más de 5 o 6 años estaba totalmente emberrinchada por que quería tal cosa y como no lo conseguía pues ala, la cantaleta y el espectáculo de pataleo y llanto en público.
La pobre madre no sabia como corregirla o calmarla, mientras el padre permanecía impertérrito, ajeno totalmente al asunto.
La situación se prorrogó unos minutos hasta que el padre pidió la cuenta, esperó pacientemente la devolución del cambio, cerró su periódico, se levantó y cogiendo a la niña de la mano le dio un cachete en el culete, increpándole, “llora, hija llora, ahora si tienes motivos para hacerlo, pero antes no” milagrosamente la niña se quedo desconcertada y se enmudeció… no debió de dolerle mucho.
Y si por una situación como esta te piden 45 días de prisión, es que señores… empezamos a perder el sentido común, algo que es primordial a la hora de legislar, pero claro hay tanto iluminado en este pais…