El Guadalquivir que se esconde en Sevilla

La aparición de un muro romano en el centro de la ciudad revela el antiguo cauce del río

Vista del Guadalquivir desde la Giralda en 2005 / GARCÍA CORDERO
La basura ha desmantelado en pleno centro de Sevilla lo que el paso del tiempo se empeñó en esconder bajo la tierra. La empresa Lipasam se disponía a preparar el suelo en la plaza de la Campana para soterrar unos contenedores, cuando los arqueólogos localizaron, en una de las catas previas, un muro romano del siglo I. El hallazgo revela el antiguo cauce del río Guadalquivir a su paso por la capital hispalense.
“Sabemos que es un muro, pero no podemos saber de qué se trata”, afirma el arqueólogo de la Consejería de Cultura José Manuel Rodríguez Hidalgo, que asegura que en este caso es más certero descartar posibles utilidades del hallazgo que aventurarlas. Asevera, por ejemplo, que no se trata de parte de la muralla defensiva. “Esta estructura se encuentra a 80 o 90 metros fuera de la muralla romana”, agrega Rodríguez, lo que significaría que podría corresponder a alguna construcción vinculada a la actividad portuaria.
Pero el río no siempre ha estado en el mismo sitio, según Rodríguez. “Se expande y se retrae”, explica. En época romana la orilla del Guadalquivir estaba en la calle Sierpes y, posteriormente, en época islámica, se va alejando hasta situarse aproximadamente por la zona de plaza Nueva.
De la misma forma, el muro también varió con el paso del tiempo, fue restaurado en el periodo califal del siglo X y en época almohade se desmanteló una parte, comenta el arqueólogo. El fragmento que ha aparecido en la concurrida plaza tiene una profundidad de 3’5 metros aproximadamente, aunque se estima mayor y se desconoce su grosor exacto. La estructura está compuesta por dos filas de sillares paralelos y en medio presenta un material conocido como el hormigón romano, una mezcla fabricada con grava, escombros y distintas variedades de piedra, entre otros elementos.
La aparición de estos restos no es casual, señala Rodríguez, sino fruto de un procedimiento cautelar por la existencia de distintos estudios, como una investigación de Francisco Collantes de los años 50, que aventuraban la existencia de un muro de sillares en esta zona.
El hallazgo de la plaza de la Campana es el más impresionante, pero no el único que ha salido a la luz a raíz de las obras para soterrar los contenedores que se están realizando en el casco histórico. En Martín Villa y cerca de la calle Cuna también han aparecido restos de otros muros. Además, en la plaza de Pilatos se han encontrado restos del acueducto de los caños de Carmona del siglo XVI.

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