Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
Como tantos personajes en la historia de los pueblos, Camilo Cienfuegos terminó marchando contracorriente por defender sus ideas. Él deseaba el derrocamiento de la dictadura de Batista, pero no era comunista. Fidel en un principio quizás tampoco lo fuera. Algunos dicen que tenía como libro de cabecera las obras de Primo de Rivera.
En cualquier caso, lo que sí es bien seguro es que Cienfuegos no lo era. Jamás este hombre fué comunista, y eso le trajo muchos problemas con el sanguinario Ché Guevara y el pérfido Raul Castro, a pesar de ser un hombre muy vitoreado y querido por la población cubana. Finalmente, murió asesinado por sus mismos compañeros barbudos, al negarse Cienfuegos a aceptar los postulados marxistas de sus compañeros. Eso al menos es lo que cuentan las malas lenguas en Cuba. Murió en una Cesna que jamás fué rescatada. Murió en un pequeño avión que se estrelló, como antes en la historia se estrellaron tantos y tantos aviones cargados de personajes "molestos".
Me pareció un apodo interesante para coserlo en mi nueva escarapela.
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