No solo en San Bonifacio, evangelizador de Alemania, aunque también. Pensaba en general en los misioneros irlandeses e ingleses, en Bangor, en San Beda, en la gran cristiandad medieval inglesa de Alcuino de York, de San Anselmo de Carterbury, etc., etc., etc. Y todo eso se perdió por el pataleo de un rey contrariado porque el Papa no quería acceder a su caprichito de divorciarse.
Gracias por la referencia, Liga Santa, a partir de ahora se va a convertir en lugar de peregrinación para la próxima vez que vaya a Incalaperra.![]()
“La verdadera fe es incolora, por decirlo así, como el aire y el agua; medio transparente a través del cual el alma ve a Cristo. Nuestros ojos no ven el aire y de la misma manera nuestra alma no se detiene a contemplar su propia fe. Cuando, por consiguiente, los hombres toman esta fe como si dijéramos en las manos, la inspeccionan curiosamente, la analizan, se absorben en ella, se ven forzados a materializarla, a darle color para que pueda ser tocada y vista. En otros términos, sustituyen a ella, colocan sobre ella, cierto sentimiento, cierta impresión, cierta idea, cierta convicción, algo en fin en que la atención pueda prenderse. Cristo les interesa menos que lo que llaman ellos sus experiencias. Los vemos trabajando para seguir en sí mismos los signos de la conversión, la variación de sus sentimientos aspiraciones y deseos: los vemos ponerse a conversar con los demás sobre todo esto. ”. John Henry Newman
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