A Tapatío le ha salido el tiro por la culata. Quiso valerse de esta noticia para atacar el catolicismo. Y se ha llevado un chasco. Si bien aquí se ha reconocido que ha obrado mal la monja en cuestión, creo que Jasarhez ha respondido muy bien ante la actitud farisaica de quien de paso que apedrea a la adúltera apedrea a la Iglesia. El Señor perdonó a la adúltera y condenó a los fariseos. Que hizo mal la monja, nadie lo niega. Que en la Iglesia de hoy hay mucha podredumbre, tampoco. Lo peor no es una persona que, como humana que es, tiene un desliz pero luego se arrepiente. Lo peor son los que destruyen la Iglesia desde dentro. Siempre ha habido casos de sacerdotes y monjas que han faltado a sus votos. No era tan frecuente como en estos tiempos que corren, pero ahí está el caso de Lope de Vega. Y no hay mal que por bien no venga, porque aunque fuera débil y cayera, de sus sinceros arrepentimientos salió una larga serie de bellísimos sonetos que son tremendos actos de contrición, sus soliloquios de amor a Dios y otras composiciones parecidas.