No sé, pero supongo que puede variar según los casos. Las ordalías o juicios de Dios eran una costumbre heredada de los godos y pueblos germánicos, y a la Iglesia le costó mucho erradicarla. Evidentemente en esos casos se está poco menos que poniendo a Dios entre la espada y la pared para que haga un milagro. Y se trata de barbaridades como asir un hierro candente, poner la mano en el fuego (de ahí viene la expresión "pongo la mano en el fuego" por fulano, es incapaz de hacer una cosa así) y otras pruebas por el estilo. Pero también se han dado innumerables casos de curaciones y de situaciones difíciles resueltas tras haber hecho una promesa condicional. Ya no se trata de obligar a Dios a hacer un milagro, sino que es un trato o acuerdo mutuo sujeto a una condición. Yo creo que habrá que tener en cuenta las circunstancias. Mientras no se trate de hacer nada malo ni de poner la salud o la vida en peligro, y se cumpla después lo prometido, no me parece malo en sí. Siempre ha sido normal hacer votos y promesas. Y aunque en este momento no recuerdo ningún caso, me parece que hay ejemplos bíblicos.
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