La fiscal de Audiencia de Málaga María Teresa Verdugo pide tres años de cárcel para dos sacerdotes católicos como autores de un delito de incitación al odio por verter críticas hacia el Islam en diversos artículos. Estos sacerdotes son el P. Custodio Ballester y el P. Jesús Calvo,
Esta noticia del procesamiento penal de ambos sacerdotes se acepta ya por el lector medio como algo normal y sin mayor relevancia. Pero el tema debía ser otro: ¿es que los superiores de ambos sacerdotes, sus obispos respectivos no tienen nada qué decir, ni para protegerlos ni para aclarar los hechos ante la feligresía, a la que deberían suponer escandalizada por el procesamiento?


Lo que ambos sacerdotes afirmaron en el periódico es correcto según la doctrina católica ¿sí o no?

Si lo es ¿por qué no los defienden y denuncian al Estado? (Y excomulgan en su caso a los responsables estatales, si tal pena fuera impuesta a ambos sacerdotes?

Y si no lo es, y ambos fueran culpables de desacato a la doctrina, que los obispos lo reconozcan, lo aclaren y en su caso sancionen a los sacerdotes.

Pero es que no pasa absolutamente nada. Esto en otras épocas sería inimaginable.