¿Pare de sufrir o sufra parado?![]()
La Iglesia Universal ha hecho de ¡PARE DE SUFRIR! un lema con el cual atrae a muchas personas.
Es una invitación muy atractiva, que toca una de las áreas más sensibles de los seres humanos. Porque, quién más quien menos, los que sufren quieren dejar de sufrir, y los que no sufren quieren ponerse a cubierto de cualquier flagelo que pudiera afligirlo. Estamos más que dispuestos a protegernos con cualquier cosa que nos produzca alegría o bienestar, y a la vez tratamos de escapar de aquello que nos puede producir dolor físico o emocional.
Pero… ¿es veraz este lema? ¿Es Bíblica la invitación? ¿Dios nos ha prometido que siempre lo pasaremos bien? ¿Pertenecer a una iglesia nos asegura que viviremos en un perpetuo jolgorio? ¿El hecho de creer en Cristo es una entrada al Parque de Diversiones “PARE DE SUFRIR”?
En las Escrituras encontramos que Dios nos asegura que un día dejaremos de sufrir. Transcribo Apocalipsis 21:1-4:
“Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar. Vi además la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, procedente de Dios, preparada como una novia hermosamente vestida para su prometido. Oí una potente voz que provenía del trono y decía: ‘¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir’” (NVI).
Pero este ¡PARE DE SUFRIR! no se refiere al tiempo y al contexto de los que presenta la Iglesia Universal. Es la promesa de felicidad y ausencia de sufrimiento que forma parte de la gran esperanza que tenemos los cristianos es el regreso del Señor Jesucristo a la tierra para llevarnos con Él. Pero no hay ni una indicación en las Escrituras que nos indiquen que Dios nos promete aliviarnos de todo sufrimiento en esta vida…
El mensaje de la Biblia para este tiempo no es PARE DE SUFRIR, sino SUFRA PARADO. Es decir, si a uno le toca sufrir, que sufra de pie, firme, sostenido por la mano de Jesucristo.
Los ejemplos Bíblicos sobran: Allá tenemos a Job, quizá tambaleante por momentos, pero de pie frente al Dios a quien no dejaría de alabar tanto cuando le bendecía como cuando aparentemente había retirado su mano de prosperidad.(1) Allá tenemos a Jeremías, a quien suelen calificar como el profeta llorón. Y aunque este calificativo es injusto, no ignoramos que durante su ministerio de cómo medio siglo tuvo que enfrentar mil y una dificultades y sufrimiento.(2) Más acá tenemos a Pablo, cuya espina en la carne le atormentó durante toda su vida.(3) Y a Timoteo, que padecía de frecuentes enfermedades.(4)
Pero más importante que los ejemplos es la promesa de Jesucristo en Juan 16:33: “Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo” (NVI). Deliberadamente dije promesa de Jesucristo, porque lo es. Jesús nos asegura que en este mundo vamos a padecer aflicciones. Pero también nos dice que podemos y debemos sufrir de pie y triunfantes, porque él ha vencido al mundo.
Como nota final, el hecho de que los cristianos vamos a sufrir mientras estemos aquí no significa que Dios está haciéndonos sufrir porque se deleita en nuestra pesadumbre. Dios es amor, y jamás haría eso. Lo que sí nos asegura es que vamos a sufrir porque estamos en un mundo que es fuente de padecimientos para el hombre desde el momento en que el pecado entró en él.
Pero el Señor usa el sufrimiento nuestro para pulirnos, para templarnos, para que, sufriendo de pie, proclamemos al mundo que hemos sido bendecidos por este don de Cristo: “…a ustedes se les ha concedido no sólo creer en Cristo, sino también sufrir por él”.(5)
Si nos toca sufrir, hagámoslo dignamente, con la misma dignidad con la que el Señor padeció por nosotros en la cruz.(6)
(1) Job, capítulos 1 y 2, etc.
(2) Vea Jeremías 11:21; 20:7-18; 32:2; 38:6-13; etc.
(3) 2 Corintios 12:1-10
(4) 1 Timoteo 5:23
(5) Filipenses 1:29-30
(6) Vea 1 Pedro 1:19-25; 4:12-19
Eduardo Coria
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