Toda la razón para el hermano Valmadian. Si hubiesen puesto en la portada de esa libreja mal parida una ilustración de Mahoma o Alí con la camiseta de Messi, o vestido como Ghandi, todavía estaríamos viendo caer desde el cielo los pedazos de edificios de la redacción de esta publicación. Se las hubieran volado a dinamitazos justos. Hubiesen ahorcado a todos los kiosqueros que hubieran osado poner en sus estantes a la venta la hipotética edición con su profeta ridiculizado. Hubieran dictado sentencia de muerte para todos los implicados en la producción, más el cielo ganado a quien cumpliera la sentencia.
En nombre de la tolerancia y el ecumenismo, los católicos estamos siendo llevados a la apatía total ante lo profano y sacrílego. Debemos respetar el pensamiento disímil, nos dicen.
Si un cura decide celebrar cierta asamblea con los hermanos Evangélicos, primero debemos retirar las imagenes de La Santísima y de los santos, ya que ellos no adoran estatuas ni creen en la virginidad de Nuestra Señora.
!!Por favor!!.
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