SACRALIDAD Y CONCIERTOS PROFANOS
Las fiestas natalicias, y no sólo ellas, han visto la difusión del fenómeno de iglesias utilizadas para conciertos no sólo de música sacra sino también profana. Evidentemente los Obispos y el clero han olvidado que ese lugar, edificado frecuentemente con el sacrificio de los fieles, ha sido “dedicado” – palabra que recuerda el acto con el que se ofrece alguna cosa muy personal a quien se ama – a Dios. Dedicar significa que ya no es mío sino suyo. Si lo tomo de nuevo sería una traición.
Entonces, realizar actos no sagrados que normalmente se hacen en otro lado, es una profanación, es decir salir fuera del fanum, el templo. Por lo tanto es algo grave, porque quitamos a Dios lo que es suyo, aquello que nosotros mismos habíamos jurado darle. Que sea un juramento, es decir un acto sagrado, lo demuestra el rito de dedicación de la iglesia. ¿Qué necesidad habría de dicho rito solemne, si después el lugar sagrado es usado para lo profano? Pero hoy, ¿cuántos saben qué quiere decir sacro y santo? ...
* * *Los discípulos del Señor se reunían para los divinos misterios, creaban un “espacio santo” que poco a poco, por causa de la asiduidad de las reuniones, implicó la construcción de un edificio de culto. Así el término “iglesia” que indicaba la comunidad convocada por el Señor, pasó significativamente a indicar el lugar santo. Desde los orígenes la comunidad cristiana decidió reservarlo para el servicio exclusivo del culto divino, y subraya dicha decisión a través de una acción solemne – una vez para siempre – que implora sobre todo la gracia de Dios.
* * *Dicho rito extraordinario, con sus gestos y textos venerables, ofrece a los cristianos la oportunidad de reflexionar sobre sí mismos, como cuerpo místico consagrado al Señor, sobre la autenticidad del culto y sobre la seriedad del compromiso asumido con Dios: es decir la alianza nueva y eterna. Dirían los liturgistas que “por la verdad del signo” la iglesia no puede ser utilizada para otra cosa que no sea el culto, pena una grave ofensa al Señor a quien ha sido ofrecida. ... ¿No hay acaso otros lugares para hacer conciertos, representaciones teatrales y otras cosas? Entonces no nos asombremos si se ha perdido el sentido de lo sagrado, es decir de la Presencia divina. Cuando una iglesia se convierte en teatro donde se ríe, aplaude y grita, es difícil luego exigir en el mismo lugar las actitudes propias del culto: escucha, recogimiento, silencio, adoración. Sólo los regímenes totalitarios habían transformado los lugares de culto en teatros, gimnasios y depósitos.
* * *... Los ritos de la consagración: procesión, aspersión con agua, unción con el crisma del altar, de las paredes, de la puerta, ofrecimiento del santo Sacrificio, hablan por sí solos del significado del lugar dedicado a Dios después de haberlo exorcizado del maligno, es decir después de haberlo sacado fuera hacia lo profano. Como el cristiano en la iniciación se consagra a Dios después del exorcismo, así el lugar santo con la dedicación es consagrado a Dios después de haber sido sustraído a la influencia del maligno que debe permanecer fuera del templo con todas sus acciones. No se pueden hospedar dichas acciones ni otras simplemente profanas allí donde se celebran los divinos misterios...
Por d. Nicola Bux y d. Salvatore Vitiello.
Visto en: Fides (extracto)
http://santaiglesiamilitante.blogspot.com/
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