- El infierno supone la negación de aquella comunión con Dios que constituye la bienaventuranza de los muertos. Se habla de perder la vida (Mc. 8,35), del "horno de fuego" (Mt 13,50), del "fuego que no se apaga" (Mc 9,43.48), del "llanto y rechinar de dientes" (Mt 13,42), del "fuego que arde con azufre" (Ap 19,20), entre otras citas bíblicas. El infierno es una condenación eterna. Significa perder a Dios. Sin embargo, según Carvajal, Dios no ha creado el infierno, porque todo lo que tiene en Él su origen es bueno. ¿Y por qué? Porque "el infierno es una situación humana y, por lo tanto, no es algo que pueda existir con independencia de que alguien decida colocarse en dicha situación". El infierno en Carvajal tiene que ver con el endurecimiento de una persona en el mal. Por ende, es un estado creado por los mismos que se condenan.
Ahora bien, el
cielo o paraíso es la continuación
lógicade los otros temas escatológicos que ya hemos visto.
- Cuando hablamos de cielo hablamos del Reino de Dios. Según Carvajal, al igual que el purgatorio y el infierno, el cielo es un estado de amor y de gracia eterna, de comunión profunda con Cristo y de contemplación y gozo eterno de nuestro Padre, Dios.
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