Conocí a Tellechea (fallecido no hace demasiado desgraciadamente) desde pequeño por razones familiares (no quizá cuando gozaba de mejor salud, pero fue así que lo pude conocer también), y cualquier libro de su extensa obra es digna de admiración y respeto, su erudicción como historiador de la iglesia es indiscutible (y los textos rescatados por él son de un valor incalculable, en especial en lo referido al padre Larramendi).
Eso si, el bertso mencionado aparece en el libro de Zavala también, si mal no recuerdo, no sabría decirte en cual de ellos, pero recuerdo la historia.
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