Una expedición revivirá las aventuras de los balleneros vascos en Terranova

La expedición partirá el 1 de junio de las proximidades del Museo Marítimo de Quebec descendiendo por el río Saguenay, en cuyo estuario, conocido antiguamente como Nueva Vizcaya, se encuentran quince asentamientos vascos en los que aún quedan restos de los hornos empleados para fundir la grasa de ballena.

Una singladura de mil millas náuticas a bordo de una réplica de una antigua chalupa permitirá a seis navegantes guipuzcoanos y a un indio norteamericano conocer las condiciones de vida de los balleneros vascos en los asentamientos que estos marineros levantaron en Canadá en el siglo XVI.
Se calcula que, a lo largo de esa centuria, unos 2.000 pescadores partían anualmente desde los puertos vascos hacia el estuario del río San Lorenzo (Canadá) en busca de las ballenas que acudían a esta zona desde el Artico para alimentarse y reproducirse.

Las estaciones balleneras vascas en la península del Labrador fueron la primera actividad industrial desarrollada en Norteamérica y llegaron a prosperar de tal manera que los marineros entablaron relaciones comerciales con los indígenas Mi'kmaq de la zona, con los que propiciaron intercambios lingüísticos y uno de cuyos miembros tomará parte en la expedición.

Como homenaje a los firmes vínculos establecidos entre indios y vascos en estos lugares, los organizadores de la aventura, presentada hoy en rueda de prensa en San Sebastián, la han bautizado con el nombre en euskera "Apaizac obeto" (Los curas mejor), frase que, sin conocer su significado, los indígenas copiaron a los pescadores, quienes respondían así cuando se les preguntaba en lengua vasca cómo se encontraban.

La chalupa de roble, en la que los siete tripulantes navegarán durante seis semanas a la intemperie, con la única ayuda de remos y una vela, es otro guiño a la cultura aborigen, ya que su nombre, "Beothuk", recuerda a una tribu india que fue completamente exterminada tras la llegada de los europeos.

Esta embarcación, de ocho metros de eslora y dos de manga, es una réplica, construida en el astillero tradicional Ontziola de Pasaia, de la chalupa ballenera más antigua conocida, descubierta en un pecio en Red Bay (Terranova), donde en 1565 la nao "San Juan" naufragó a consecuencia de una tormenta.

En 1978 un equipo de arqueología submarina canadiense empleó 14.000 horas de inmersiones para desguazarla, lo que permitió conocer el método usado en su construcción y desvelar importantes incógnitas de la arquitectura naval de la época, circunstancia que llevó a la UNESCO a declararla Patrimonio de la Humanidad.

La expedición partirá el 1 de junio de las proximidades del Museo Marítimo de Quebec descendiendo por el río Saguenay, afluente del San Lorenzo, en cuyo estuario, conocido antiguamente como Nueva Vizcaya, se encuentran quince asentamientos vascos descubiertos en los que aún pueden verse restos de los hornos empleados para fundir la grasa de ballena.

El reto concluirá en Red Bay seis semanas después, tras un recorrido de mil millas náuticas por las distintas estaciones balleneras, algunos de cuyos nombres actuales en francés mantienen similitudes con su denominación original en euskera, como Barachois (Barratxoa), Port-a-port (Opor portu) y Port-au-chois (Portutxoa).

Los expedicionarios llevarán a cabo su aventura vestidos con pieles y ropa del siglo XVI, cuyos patrones fueron copiados de las prendas encontradas en las tumbas de los balleneros fallecidos en Terranova, perfectamente preservadas por el frío.

Además, durante el viaje se alimentarán de productos similares a los que los marineros de aquella época llevaban en sus barcos: habas, guisantes y pan sin levadura que complementarán con los peces que puedan capturar en el trayecto, a cuyo término tendrá lugar una fiesta a la que acudirán representantes del Gobierno Vasco y autoridades canadienses.

La expedición contará con el apoyo de una embarcación zodiac en la que el director holandés Olivier Van Der Zee rodará un documental sobre esta singladura, que también será recogida por el bertsolari Jon Maia, integrante de la tripulación, en un libro que se presentará en la próxima Feria de Durango (Vizcaya).

La aventura cuenta con el patrocinio del Gobierno Vasco, la Diputación de Gipuzkoa, la agencia de desarrollo comarcal Oarsoaldea, Euskaltel, el Museo Marítimo de Quebec, la Agencia Gubernamental para la Preservación del Patrimonio Parks Canadá Además, durante el viaje se alimentarán de productos similares a los que los marineros de aquella época llevaban en sus barcos: habas, guisantes y pan sin levadura que complementarán con los peces que puedan capturar en el trayecto, a cuyo término tendrá lugar una fiesta a la que acudirán representantes del Gobierno Vasco y autoridades canadienses.

La expedición contará con el apoyo de una embarcación zodiac en la que el director holandés Olivier Van Der Zee rodará un documental sobre esta singladura, que también será recogida por el bertsolari Jon Maia, integrante de la tripulación, en un libro que se presentará en la próxima Feria de Durango (Vizcaya).

La aventura cuenta con el patrocinio del Gobierno Vasco, la Diputación de Gipuzkoa, la agencia de desarrollo comarcal Oarsoaldea, Euskaltel, el Museo Marítimo de Quebec, la Agencia Gubernamental para la Preservación del Patrimonio Parks Canadá y la asociación Nación Indígena Mi'kmaq.