El tema del Nacionalismo Bizkaitarra o Vasco es algo complejo. Despues de cada guerra carlista se realiza una autocrítica y como siempre hay excindidos, divisiones y rupturas.

Algunas de estas divisiones, o separaciones del carlismo siguen simpatizando con él, aunque ahora solo se dedican al estudio de la cultura vasca, y en especial al euskera.

Por otro lado nos encontramos a patriotas resentidos tras las derrota de la Tercera Guerra carlista que ven como todo por lo que han luchado esta perdido, y empieza a circular entre ellos la idea que que mientras podamos defender los fueros habrá una esperanza.

Pero incluso la defensa de los fueros se ve como una resistencia debíl e inoperante. Se ve a Madrid como la capital del mal que con sus ideas liberales prostituirá a toda España.

En ciertos ámbitos del carlismo vasco y catalán aparece la idea de que frente a la capital de la España liberal hay que poner barreras, y una especie de "regionalismo" es una forma de resistencia hasta que el carlismo se pueda volver a organizar y declarar una nueva guerra carlista que lleve a la victoria.

De todo este conjunto de grupos surge el lema de Jaungoikoa eta Lagizarra (Dios y leyes Viejas), que es una especie de lema parecido al de Dios y Rey, al de Dios y Patria, y al de Dios y fueros, que en otros tiempos habían tenido fuerza, pero que contiene una radicalidad que clava sus cimientos en la resistencia antigua, como diciendo que "pase lo que pase" nosotros resitiremos. Así nos encontramos con las ideas integristas que propagan este lema, y esta separación para "no contaminarnos" con los liberales. Y uno de estos integristas es Sabino Arana, que junto a otros como Juan de Olazábal siguieron a Nocedal.

Así poco a poco alguno de los reductos integristas marca cada vez mas la diferencia y cree cada vez mas en la separación y al final ante la idea de que España es liberal surge la idea de separarse y romper con los que se han corrompido. La ruptura ha de ser total y radical, pues se trata de aislar a la Santa Bizkaia de la impiedad. El mismo Sabino Arana dice en cierta ocasión que "si el grito de independencia se ha escuchado en los montes de Bizkaia ha sido solo por Dios". Pensemos que ya desde la llegada de los Borbones a España, y con ellos el absolutismo,el mismo P. Larramendi calificaba "de horribles y blasfemia heretical, que se ha instalado en la corte de España y tenemos al enemigo dentro de la fortaleza", por lo que eso de separase podía verse como una solución para no ser arrastrado al infierno junto a los "otros".

Pero todo esto encuentra su apoyo en los Jesuitas. Los jesuitas que fueron uno de los motores intelectuales del carlismo y del patriotismo hispanico, también se fueron con Nocedal, y despues con Sabino y compañia.

Todo es muy complejo. No solo son ideas políticas, sino tambien psicologicas. Los portavoces del carlismo colmaron sus mayores alabanzas a las instituciones vasconcadas y navarras por razones pólemicas en oposición al liberalismo, exagerando a veces el grado de autonomía y eficacia que encarnaban e invistiendolas de un caracter casi sagrado. También esta la perdida del euskera en determinadas zonas que supuso la perdida de la tradición en miles de familias, y aunque fuera solo parcialmente una ruptura con el pasado, con la tradición, suponía un debilitamiento del espiritu familiar, dejando a los individuos perdidos y en manos de cualquiera que quisiera inventarse una tradición vasca inexistente hasta ese momento. Pensemos tambien que él PNV se presentava al pueblo como una especie de carlismo adaptado a los tiempos modernos.

Despues esta el hecho de que la masoneria viera en esta división la oportunidad de destruir a las Españas, y se sumara a esta iniciativa separatista (los Caballeritos de Aizpeitia) y curiosamente se sumaran despues liberales y nacionalistas españoles(liberales tambien), mientras que muchos de los originarios colaboradores y fundadores del PNV, antiguos integristas volvieron despues al patriotismo vasco-hispanico.

El lema Jaungoikua eta Leguizarra fue el lema del patriotismo hispánico de resistencia que Arana se llevó al PNV, junto con otras cosas que el nacionalismo vasco se fue apropiando.

Es curioso también ver como muchos que fueron gudaris del PNV se pasarón al requeté cuando comenzó la Guerra del 36, sin ningun tipo de problema. Así como muchos de los primeros seguidores de Sabino, carlistas, militares e incluso amigos dejaran el nacionalismo antes que él y se arrrepintieran de lo que habían hecho.