No estamos en la línea política del autor, Ricardo Sáenz de Ynestrillas, pero manifiesta una opinión respecto de los agentes (que no de los mandos) que me han corroborado personas de la máxima confianza.
Atentado en Zarautz
Si habitualmente celebro cuando ETA falla en sus pretensiones asesinas -cobardes siempre; por la espalda y sin riesgo alguno para ellos, todas las veces- mi alegría es mayor en el caso que ahora me ocupa de la comisaría de Zarautz.
Recuerdo cuando antes de que la Alianza por la Unidad Nacional -que dirigí y que, junto a otros camaradas, también fundé- comenzara la Campaña del Norte, que llevaba el nombre de "Recuperemos España: Únete a la Reconquista Nacional", yo mismo pensaba que la Ertzaintza era algo así como el ejército particular del PNV y, cada miembro, un soldado al servicio del separatismo vasco.
Ya desde el primer viaje, a Rentería, puede comprobar como, dentro del Cuerpo, había de todo. La mayoría cansada de los borrokas, los independentistas y los cobardes asesinos en serie a traición. Desde el interior de furgones de la Ertzaintza salían voces de ánimo gritándonos "Arriba España" y, concretamente en el mismo acuartelamiento de Zarautz que ayer fue atacado, una treintena de militantes de AUN fuimos retenidos durante horas hasta que se presentaron varias dotaciones de los Beltzas.
Al ver bajar a éstos de los furgones, con su impresionante tamaño y su equipación propia de un partido de fútbol americano, con sus cascos y pasamontañas, más de uno temimos lo peor. Pero ocurrió lo contrario: Se despojaron de cascos y pasamontañas y se fundieron con nosotros en emotivos abrazos.
Es verdad que sus mandos están al servicio del PNV. No en vano es quien gobierna. Pero, entre sus miembros, anida también un profundo sentimiento patriótico español.
Gracias a Dios, pues, por la falta de daños humanos en el atentado canalla de ayer. Desde aquí, os envío un abrazo.
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