Pacífico
J. FÉLIX MACHUCA
En 1574, cuando en el imperio español no se ponía el sol, el gobernador de Filipinas, Guillermo Laverazis, envió al Rey un mapa descriptivo de China, con ríos y mares coloreados en verde, ubicación de ciudades antiguas y modernas y la laguna de Suyguam. Pudiera ser el primer mapa de China que se maneja en Europa. La carta desvela, igualmente, parte de la gran muralla, una obra de ingeniería militar que nunca fue superada en Occidente ni por Roma ni por Bizancio. El plano es una reedición de la firmada en China en el año 1541. Y pasa por ser la prueba más evidente de la globalización del mundo. de la primera globalización de la Tierra. Es una joya documental y cartográfica, realizada mediante xilografía, sobre papel de arroz y que se conserva con mayor celo que el que le supongo al rey tailandés Bhumibol Adulyadej para proteger su joya más preciada: el diamante mayor del mundo, el Golden Jubilee. Cuando visitéis la exposición Pacífico en el Archivo de Indias, reparad en este mapa, recuperado para la vida de la investigación, la documentación y las exposiciones por el silencioso e inestimable equipo de restauración de la vieja casa Lonja que, tras nueve meses de complicadas cirugías y liftings capaces de poner a prueba la paciencia de mil chinos, luce extraordinario casi como el primer día que vio la luz en la tierra de Taybin, el país de la seda y la porcelana.
¿Qué importancia tiene este documento que, por ejemplo, no la tenga la barca filipina con la que arranca la exposición o la sopera de porcelana con forma de pato que, fuera del contexto de la muestra, se aleja en la sala de los Goyas? Sencillamente tiene, nada más y nada menos, la misma importancia que podría tener la primera radio de Marconi en una muestra sobre la comunicación a través de ondas hertzianas o la primera página de facebook que diseñó (parece ser que con mucha picardía que sufrieron sus compañeros socios) Mark Zuckerberg para globalizarnos a través de la comunicación de las redes sociales. Así que Vasco de Gama, Marconi y Zuckerberg son tres nombres que eclipsan, sin dudas, pasos anteriores que dieron sus contemporáneos en la búsqueda de entrelazar los lejanos caminos del mundo para acercarlos por encima de las fronteras marítimas y tecnológicas. Ese mapa es el punto de partida de una fantasía real como real fue la ruta comercial abierta por España desde Manila a México y de México a España con especias, porcelanas, muebles de leca, sedas, marfiles. En Manila se asentaron comerciantes chinos que encargaban sus trabajos sobre muestrarios en blanco para complacer los gustos europeos. No fueron infrecuentes los encargos de juegos de té de rica porcelana china con los escudos de armas impresos en su brillante esmalte de las familias europeas que lo pagaban.
Ese mapa es la fotografía exacta del momento en el que tierras que apenas se habían tratado a lo largo de casi cinco mil años de civilización, entran a formar parte de un itinerario armado sobre el interés comercial y que, gracias a sus rentas, mantendrá flotas tan incansables y productivas como las del Galéon de Manila. El mapa, con caracteres chinos, fue traducido sin gran rigor al español. Hoy se trabaja en hacerlo con toda la erudición que posee un gran amigo del Archivo de Indias: el historiador taiwanés Yu-Chung Lee, que en enero de 2011 defendió en la Facultad de Geografía e Historia su tesis doctoral, relacionada con el comercio chino de la época en la isla de Formosa. ¿Sabían que Formosa/Taiwán fue española durante 16 años? La tesis se la dirigió el catedrático americanista Julián Ruiz Rivera. Y lo que Chung Lee nos traduzca de ese mapa formará parte, pienso, de un artículo de interés para los especialistas. Nosotros, más terrenales, nos damos por satisfechos por ver en Sevilla, en el templo genetrix de la excelencia americanista, la foto cartográfica de la primera globalización del mundo. Desde entonces hasta el chino que hay debajo de su casa vendiéndolo todo a 1 euro solo tenía que pasar el tiempo.
PACÍFICO - Kioskoymas.abc.es
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