Dando por bueno el artículo me permitiría hacer alguna puntualización :
Dice el artículo:
..las falsedades, tiranías y diversos embates que la conclusión de la “ modernidad “ (..) ha establecido en lo que un día fue la Cristiandad
Creo que esa frase sería propia, más bien, de mediados o finales del siglo XIX que del momento actual.
Pues para cuando san Pío X desenmascaró y condenó la herejía modernista, el problema era ya gravísimo, de vida o muerte, porque revelaba que los errores condenados por Pío IX, “errores del mundo moderno” (Syllabus) que a mediados del Siglo XIX sólo afectaban a la Cristiandad, se “justificaban” ya “teológicamente” en el interior de la Iglesia a comienzos del siglo XX.
Y, dado que esa herejía no sólo no ha desaparecido sino que, camuflada, es el “dogma” y el “leit-motiv” tras el Vaticano II, podría retocarse la frase en un sentido mucho más crudo : “..las falsedades, tiranías y diversos embates que (..) la herejía modernista (..) ha establecido en lo que un día fue la IGLESIA CATOLICA..
(..) En aquellos tiempos se desarrolló una honda doctrina social con la base irrefutable de la Tradición y del Magisterio..(..)
Esa doctrina no sólo tiene como base la Tradición y el Magisterio, sino que PERTENECE a la Tradición y al Magisterio;, y que, por tanto, debe ser ella, a su vez, la base para una Tradición y un Magisterio correctamente entendidos.
Otra cosa es que desde los años 60 esté absolutamente silenciada, ignorada y contrariada por los ocupantes del Vaticano (..lógicamente; pues ellos son los primeros condenados por ese Magisterio)
(..)San Pío X ( 1903-1914 ) tuvo que enfrentarse a una nefasta corriente que pretendía dentro del seno eclesial realizar una crítica liberal no sólo de la jerarquía sino de la propia Fe(..).
Era solo una “nefasta corriente” en los días de San Pío X; ahora bien, desde los años de 1920-30 volvió a campear con más fuerza que antaño, aunque eso sí, de manera más silenciosa, camuflando los modernistas sus doctrinas bajo diversos “ecumenismos” y, sobre todo, mediante los experimentos del ya, para entonces, descarriado “Movimiento litúrgico”, sobre todo en CentroEuropa y en Francia.
Aunque el medio fuera la “crítica liberal” lo que el modernismo pretendía era crear una nueva Iglesia demoliendo la “antigua”, algo que, aparentemente, y “camufladamente”, como les acusaba San Pío X, ya parecen haber conseguido.
(¿Cómo se refiere un Papa santo, San Pío X, a los modernistas?:
“querrían destruir el reino de Cristo”, “mas peligrosos cuanto más difíciles de descubrir”, “peores adversarios de la Iglesia”, “su peligro se encuentra metido en las venas y en las entrañas de la Iglesia”, “compendio de todas las herejías” y, sobre todo, lo que vale para la teología postconciliar neomodernista :
“si alguien se propusiera reunir en un puñado la sustancia y la esencia de TODOS LOS ERRORES que se han dado en la Iglesia, no lo conseguiría mejor que lo han hecho los modernistas. Es más, tan lejos han ido,que no sólo HAN DESTRUIDO LA RELIGION CATOLICA, SINO CUALQUIER OTRA RELIGION. Por eso cuentan con el APLAUSO de los RACIONALISTAS, cuyos miembros más sinceros se felicitan de haber encontrado en ellos los colaboradores más eficaces.” )
Acerca de Pío XI yo añadiría, como significativas, también, dos encíclicas :
“Quas primas” acerca del Reinado social de Jesucristo, fijando la obligación de la sociedad y sus dirigentes a ese reconocimiento, y estableciendo para ello la festividad de Cristo Rey.
“Mortalium animos” en la que se condena, por anticipado, el falso ecumenismo actual de la “jerarquía católica”.
Como error grave de su pontificado habría que señalar la condena de “Action Française” y de su líder Charles Maurras, que contribuyó a desarticular lo poco católico que quedaba en Francia.
Respecto de Pío XII, un gran Papa, yo sólo destacaría, sobre lo dicho, su falta de contundencia ante los neomodernistas que, por momentos, eran ya dueños del Vaticano. La gravedad extrema del problema hubiera requerido no de simples condenas genéricas de errores, como se hizo, sino más bien de suspensiones y excomuniones.
Los catastróficos acontecimientos del pontificado posterior no se explican sin complicidades culpables desde la curia romana..
Por último, no quiero polemizar, pero ¡¡..las referencias a las “encíclicas del Papa Juan Pablo II”..!! ..efectivamente, “nos reafirman en nuestros propósitos como católicos”, pero supongo que lo dices “a sensu contrario”.. es decir; en tanto en cuanto que deben ser desoídas.
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