Como sintesis esta muy bien.
Sin embargo, no estoy para nada de acuerdo con la siguiente (larga) oracion.
Iniciado por Ordóñez
En estas breves y humildes líneas un servidor de ustedes ante Dios y las Españas rescata el testimonio histórico de esta nuestra Iglesia Católica Apostólica y Romana contra las falsedades, tiranías y diversos embates que la conclusión de la “ modernidad “ ( Que no es otra cosa sino la reformulación de lo peor que en su día ya vivióse en Grecia y en Roma, como las democracias, las orgías, los abusos de poder, las perversiones más varias en todos los conceptos al fin y al cabo ) ha establecido en lo que un día fue la Cristiandad y que como católicos que no renunciamos a serlo tampoco en lo político anhelamos y es la base de nuestra tradicional cosmovisión. En aquellos tiempos se desarrolló una honda doctrina social con la base irrefutable de la Tradición y del Magisterio y que aún hoy nos ilumina en nuestra ardua y loable tarea.
San Pío X, Benedicto XV, Pío XI y Pío XII son los Papas que ocupan el Solio Pontificio durante la primera mitad del siglo XX.
San Pío X ( 1903-1914 ) tuvo que enfrentarse a una nefasta corriente que pretendía dentro del seno eclesial realizar una crítica liberal no sólo de la jerarquía sino de la propia Fe. Se trataba de adaptar los contenidos de la fe a los planteamientos filosóficos de la ideología liberal progresista, ponerla “ al día “, eliminando todo lo que en ella no pudiera resistir un análisis “ racional “ y científico ( Más bien cientificista….). De la “ escuela modernista “ nacía el movimiento Le Sillon. San Pío X respondió a este modernismo mediante una serie de directrices doctrinales, y también con el impulso de la acción de los católicos y la intensificación de la piedad. En cuanto a las directrices doctrinales, son básicos dos documentos: El decreto Lamentabili y la encíclica Pascendi. El primera era una lista de 65 proposiciones erróneas. El segundo, un escrito doctrinal, denso y largo, donde se exponía sistemáticamente la doctrina inarticulada del modernismo. La encíclica se enfrentaba con tres ámbitos en los que esta corriente era especialmente combativa: El dogmático-filosófico, con su insistencia en la “ evolución de la formulación práctica del dogma “; el llamado modernismo historicista, con su intento de imponer el reconstruir el contenido real¿? de la enseñanza de Cristo mediante la crítica racionalista; y el modernismo político, dirigido a ¿reconciliar a la Iglesia con el socialismo? San Pío X impulsó en todo momento la acción social del pueblo católico, algo que ya había iniciado su predecesor, el Papa León XIII ( 1878-1903 )(1). Había que revitalizar lo que viene a ser la Cristiandad en la misma sociedad, lo cual, en muchos ámbitos, rechazaba expresamente, gracias a los principios de la Revolución Francesa, los presupuestos de la Iglesia y la “ injerencia clerical “. El Papa animó a todos los fieles cristianos a participar en la Acción Católica, institución que, en la mente del Papa de Roma, estaba compuesta de múltiples obras que los católicos podían llevar a cabo en servicio de la Santa Iglesia, de la sociedad civil y de toda la humanidad. Un sentido muy amplio de la Acción Católica que después, en tiempos de su sucesor, Pío XI, cobraría perfiles quizá más concretos. Con San Pío X el concepto de Acción Católica venía a ser equivalente a toda la actividad realizada en el mundo por los católicos, en cuanto que tales feligreses eran.
Tanto San Pío X como Benedicto XV defendieron el lema paulino de Omnia Instavrare in Christo.
Como entrañable curiosidad, cabría recordar que Carlos VII le regaló a San Pío X el cáliz---cuando era Patriarca de Venecia---con el que celebró hasta su última misa, así como su anillo y su pectoral.
El Pontificado de Benedicto XV ( 1914-1922 ) coincide con los años de la Gran Guerra---Primera Guerra Mundial---y el comienzo del denso periodo de entreguerras. Benedicto XV dedicó muchos de sus esfuerzos a conseguir la paz, a la vez que puso en marcha una laboriosa y eficaz acción caritativa, promoviendo el intercambio de prisioneros minusválidos, consiguiendo que otros fueran hospitalizados en la neutral Suiza, etc.
Su sucesor, el Papa Pío XI ( 1922-1939 ), fue una de las figuras más vigorosas de la primera mitad del siglo XX y uno de los pocos testigos, con inteligencia privilegiada, que---en el periodo de entreguerras---acertaron a entender la hondura de la crisis en la que debatíase el mundo. Antes de su elección como Romanvs Pontifex, Achille Ratti ( Su nombre de pila ) tuvo ocasión de conocer bastante a fondo dos de las ideologías que por aquel entonces estaban en auge movilizando a mucha gente: El comunismo y el fascismo(1). Era Nuncio en Varsovia en el año de 1920 cuando la armada colonialista-expansiva soviética se lanzó al asalto final de la patria polaca, que logró en última instancia rechazar el ataque; y a partir del 1921 fue Arzobispo de Milán, el centro de acción de Benito Mussolini y sus fascios di combattimento. En el 1929, siendo ya Papa, Pío XI nombraría secretario de estado a Eugenio Pacelli ( El futuro Papa Pío XII ), que desde el año de 1922 había sido nuncio en la muniquesa urbe y había asistido al ascenso de los nacionalsocialistas. En Roma se concentraba en los años 30---Del siglo XX---un conocimiento y una experiencia de primera mano de los movimientos totalitarios que entonces se lanzaban sobre la Europa. Claro era que ninguno de ellos era alternativa al liberalismo y a su progresista consecución. Pío XI percibió con noble hondura el problema “ cultural “ ( En su más amplio sentido ) y social del Viejo Continente y del mundo entero y dedicó buena parte de sus esfuerzos como Vicario de Cristo a ofrecer al orbe unas nuevas formas de organización social. Y fue consciente de que para ello se hacía necesaria la presencia activa de la Catolicidad en la sociedad civil contemporánea. En este sentido, fueron dos armas las que Pío XI se aprestó a utilizar:
1 )- La organización de los fieles en las filas de la Acción Católica.
2 )- La propuesta de la doctrina corporativista a través de la encíclica Qvadragessimo anno. Doctrina que resalta la validez inmutable de los cuerpos intermedios que forman la sociedad; doctrina que siempre fue defendida por el tradicionalismo hispánico. La doctrina de la vida como misión, como puesto; de la colaboración entre los distintos grupos sociales, de armonizar el concepto real de economía. En las Españas por ello tuvimos, por ejemplo, concejos, fueros, gremios; que los liberales aniquilaron en sucesivas etapas; así como a la propia Iglesia, sobre todo a raíz del sacrílego robo que ha pasado a la Historia como la desamortización de Mendizábal.
Con la organización de la Acción Católica el objetivo que se quería conseguir era que los laicos abandonaran una actitud---contagiados del sistema imperante---más bien pasiva y que se lanzaran a restaurar los valores de la Cristiandad ante un mundo que deambulaba hacia la apostasía de forma galopante. La Acción Católica en los tiempos del Papa XI cabalgó distintamente a como lo venía haciendo hasta el momento. Se la dotó de un contenido muy concreto: La Acción Católica era un apostolado auxiliar de la Iglesia, cuya finalidad era que los laicos participaren en el apostolado jerárquico. El militante de la Acción Católica quedó así como longa manvs de la jerarquía; idea reforzada por otra harto reiterada: La de que los adeptos de la Acción Católica alcanzarían con su actividad a donde los mismos sacerdotes a veces no podían alcanzar por cuestiones diversas. Ante la quiebra de las democracias liberales y la imposible aceptación de los totalitarismos, Pío XI propuso otra opción en la encíclica Qvadragessimo anno ( 1931 ). Para entonces, el desastre económico del 1929 había terminado con las últimas esperanzas del capitalismo liberal; habíase hundido por completo esa nefasta concepción macroeconómica. Pío XI propuso entonces, para sustituir el sistema por completo, la reforma de las instituciones y la enmienda de las costumbres. Era en la primera donde realizaba apología del corporativismo, presentándolo como sistema capaz de construir una correcta estructura social, tan distante de la disolución producida tanto por el liberalismo como por el estatalismo totalitario; y aquí es cuando especifica y reclama los cuerpos intermedios de la sociedad entre el individuo y las instituciones políticas. En esos años se constituyeron regímenes que decían inspirarse en la doctrina corporativista, como en la hispana tierra de Portugal y en el(3) Austria. No obstante, estos regímenes de Oliveira Salazar ( Que luego fue hombre de la OTAN ) y de Engelbert Dollfuss ( Partido Social Cristiano de Austria ) se empeñaron en “ revigorizar la sociedad desde el estado “; algo totalmente contradictorio; pues es un estado originario a partir del desarrollo social y así debe ser si se quiere mantener la corrección y la forma tradicional a la que alude en este aspecto la Iglesia Católica.
Pío XI proclamó “ la paz de Cristo en el Reinado de Cristo “ y condenó el comunismo.
Pío XII fue Papa del 1939 a 1958, naciendo Roma y falleciendo en Castelgandolfo. Como ya hemos señalado, su nombre era Eugenio Pacelli. Estaba graduado en Teología y en ambos Derechos. Su programa como Pontífice fue trabajar por la paz de las almas, de las familias y de las naciones. Durante la Segunda Guerra Mundial se esforzó por mitigar los daños causados y expuso los principios de una Pax Christiana, logrando con su gestión salvar a muchos inocentes. Como estrechos amigos y consejeros tuvo a Don Javier de Borbón-Parma y a Don Manuel Fal-Conde. El Papa Pío XII siempre puso de ejemplo la Ordenanza y el Devocionario del Requeté, como he podido saber por testimonio de Don Domingo Fal-Conde. También cabría destacarse que estrechó las relaciones diplomáticas con gobiernos europeos, en particular con el italiano. A través de sus encíclicas desarrolló numerosos puntos doctrinales: Summi Pontificatvs, Mystici Corporis, Mediator Dei, etc.
Desde luego cabría destacarse la titánica labor de este itálico Santo Padre, en unos tiempos más que difíciles, donde la caída de la brutalidad totalitaria suponía la vuelta de los desmanes del liberalismo, y el Papa Pío XII supo mantenerse a la altura, condenando el neomodernismo; reclamando siempre la tan anhelada Cristiandad y denunciando los excesos de unos y otros; y aún ante la consolidación del terrible comunismo.
Resumiendo y rememorando más aún, debemos recordar que el “ liberalismo católico “ ( Lo cual se recuerda en el Catecismo Tradicionalista del 1934 ) está condenado por el Papa Pío IX, el modernismo ya por León XIII, el movimiento Le Sillon ( Del anterior tronco ) por San Pío X, el comunismo por Pío XI, el neomodernismo por Pío XII.
Las gentes de la Comunión Tradicionalista Carlista del Reino de Valencia, que desde aquí son admiradas por este caballero del sur, de triste figura, por su infatigable militancia, se han dispuesto a recopilar testimonios tan válidos como El liberalismo es pecado de nuestro querido Félix Sardà i Salvany.
Las encíclicas del Papa Juan Pablo II y la labor realizada por Benedicto XVI hasta ahora nos reafirman en nuestros propósitos como católicos. Propósitos que tienen su raíz en una lógica continuidad histórica, a través de la Tradición y del Magisterio, y que no podemos renunciar, ni ayer renunciaron, ni hoy ni mañana lo haremos. Porque somos católicos sin complejos. Y porque creemos que los valores del tradicionalismo tienen plena vigencia.
(1)Resulta significativo como ejemplo que el Santo Padre León XIII sale alabado por personajes de la novela Zaharín, escrita por el excelso literato Pérez Galdós, que políticamente siempre fue un anticlerical insoportable
(2) El fascismo fue un fenómeno nacido en la Península Itálica pero que pronto iría a influenciar a grandes partes del Occidente; con una diversidad de variantes que, salvo aspectos muy concretos, casi se antoja imposible de “ generalizar “ por así decirlo; ya que bajo el calificativo “ fascista “ pueden asociarrse nombres como Benito Mussolini, Curzio Malaparte, Corneliu Zelea Codreanu, José Antonio Primo de Rivera, Josef Szalassy, Ante Pavelic, Juan Domingo Perón, Ramiro Ledesma, Rolâo Preto, Onésimo Redondo, Jacques Doriot, Drieu La Rochelle, Engelbert Dollfuss y un larguísimo etcétera.
(3) En castellano siempre utilizóse el articulo “ el “ para referirse a Austria ( Se ve por ejemplo en los Episodios Nacionales del canario Benito Pérez Galdós, a finales del siglo XIX ); como también solía hacerse para referirse al concepto geográfico no muy claro de Andalucía ( Reynos del Andaluzia ).
Como sintesis esta muy bien.
Sin embargo, no estoy para nada de acuerdo con la siguiente (larga) oracion.
Iniciado por Ordóñez
Dando por bueno el artículo me permitiría hacer alguna puntualización :
Dice el artículo:
..las falsedades, tiranías y diversos embates que la conclusión de la “ modernidad “ (..) ha establecido en lo que un día fue la Cristiandad
Creo que esa frase sería propia, más bien, de mediados o finales del siglo XIX que del momento actual.
Pues para cuando san Pío X desenmascaró y condenó la herejía modernista, el problema era ya gravísimo, de vida o muerte, porque revelaba que los errores condenados por Pío IX, “errores del mundo moderno” (Syllabus) que a mediados del Siglo XIX sólo afectaban a la Cristiandad, se “justificaban” ya “teológicamente” en el interior de la Iglesia a comienzos del siglo XX.
Y, dado que esa herejía no sólo no ha desaparecido sino que, camuflada, es el “dogma” y el “leit-motiv” tras el Vaticano II, podría retocarse la frase en un sentido mucho más crudo : “..las falsedades, tiranías y diversos embates que (..) la herejía modernista (..) ha establecido en lo que un día fue la IGLESIA CATOLICA..
(..) En aquellos tiempos se desarrolló una honda doctrina social con la base irrefutable de la Tradición y del Magisterio..(..)
Esa doctrina no sólo tiene como base la Tradición y el Magisterio, sino que PERTENECE a la Tradición y al Magisterio;, y que, por tanto, debe ser ella, a su vez, la base para una Tradición y un Magisterio correctamente entendidos.
Otra cosa es que desde los años 60 esté absolutamente silenciada, ignorada y contrariada por los ocupantes del Vaticano (..lógicamente; pues ellos son los primeros condenados por ese Magisterio)
(..)San Pío X ( 1903-1914 ) tuvo que enfrentarse a una nefasta corriente que pretendía dentro del seno eclesial realizar una crítica liberal no sólo de la jerarquía sino de la propia Fe(..).
Era solo una “nefasta corriente” en los días de San Pío X; ahora bien, desde los años de 1920-30 volvió a campear con más fuerza que antaño, aunque eso sí, de manera más silenciosa, camuflando los modernistas sus doctrinas bajo diversos “ecumenismos” y, sobre todo, mediante los experimentos del ya, para entonces, descarriado “Movimiento litúrgico”, sobre todo en CentroEuropa y en Francia.
Aunque el medio fuera la “crítica liberal” lo que el modernismo pretendía era crear una nueva Iglesia demoliendo la “antigua”, algo que, aparentemente, y “camufladamente”, como les acusaba San Pío X, ya parecen haber conseguido.
(¿Cómo se refiere un Papa santo, San Pío X, a los modernistas?:
“querrían destruir el reino de Cristo”, “mas peligrosos cuanto más difíciles de descubrir”, “peores adversarios de la Iglesia”, “su peligro se encuentra metido en las venas y en las entrañas de la Iglesia”, “compendio de todas las herejías” y, sobre todo, lo que vale para la teología postconciliar neomodernista :
“si alguien se propusiera reunir en un puñado la sustancia y la esencia de TODOS LOS ERRORES que se han dado en la Iglesia, no lo conseguiría mejor que lo han hecho los modernistas. Es más, tan lejos han ido,que no sólo HAN DESTRUIDO LA RELIGION CATOLICA, SINO CUALQUIER OTRA RELIGION. Por eso cuentan con el APLAUSO de los RACIONALISTAS, cuyos miembros más sinceros se felicitan de haber encontrado en ellos los colaboradores más eficaces.” )
Acerca de Pío XI yo añadiría, como significativas, también, dos encíclicas :
“Quas primas” acerca del Reinado social de Jesucristo, fijando la obligación de la sociedad y sus dirigentes a ese reconocimiento, y estableciendo para ello la festividad de Cristo Rey.
“Mortalium animos” en la que se condena, por anticipado, el falso ecumenismo actual de la “jerarquía católica”.
Como error grave de su pontificado habría que señalar la condena de “Action Française” y de su líder Charles Maurras, que contribuyó a desarticular lo poco católico que quedaba en Francia.
Respecto de Pío XII, un gran Papa, yo sólo destacaría, sobre lo dicho, su falta de contundencia ante los neomodernistas que, por momentos, eran ya dueños del Vaticano. La gravedad extrema del problema hubiera requerido no de simples condenas genéricas de errores, como se hizo, sino más bien de suspensiones y excomuniones.
Los catastróficos acontecimientos del pontificado posterior no se explican sin complicidades culpables desde la curia romana..
Por último, no quiero polemizar, pero ¡¡..las referencias a las “encíclicas del Papa Juan Pablo II”..!! ..efectivamente, “nos reafirman en nuestros propósitos como católicos”, pero supongo que lo dices “a sensu contrario”.. es decir; en tanto en cuanto que deben ser desoídas.
Buen artículo de Ordóñez y buenas puntualizaciones de Gothico.
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
Absolutamente de acuerdo, con excepción de la crítica a Dolfuss, que creo que debieran matizarse y contextualizarse.
También en lo que respecta al magisterio de los SS PP. Juan Pablo II y Benedicto XVI. ¿O Acaso vivo en un mundo paralelo, estimados cofrades?
Bueno he generalizado demasiado sobre Dollfuss y Salazar pero obviamente porque no era el tema. No obstante gracias por las aportaciones. Perdón pero a veces por generalizar demasiado no me explico nada bien.
Ghotico dice:
Código HTML:Como error grave de su pontificado habría que señalar la condena de “Action Française” y de su líder Charles Maurras, que contribuyó a desarticular lo poco católico que quedaba en FranciaCódigo PHP:
Respecto de Pío XII, un gran Papa, yo sólo destacaría, sobre lo dicho, su falta de contundencia ante los neomodernistas que, por momentos, eran ya dueños del Vaticano. La gravedad extrema del problema hubiera requerido no de simples condenas genéricas de errores, como se hizo, sino más bien de suspensiones y excomuniones.
Los catastróficos acontecimientos del pontificado posterior no se explican sin complicidades culpables desde la curia romana..
Código PHP:
Por último, no quiero polemizar, pero ¡¡..las referencias a las “encíclicas del Papa Juan Pablo II”..!! ..efectivamente, “nos reafirman en nuestros propósitos como católicos”, pero supongo que lo dices “a sensu contrario”.. es decir; en tanto en cuanto que deben ser desoídas
Caramba, eso de juzgar a la Santa Sede como que es un pasatiempo muy extendido, ahora incluso pre CVII...
¡Signos de los tiempos!
OMNIA INSTAURARE IN CHRISTO
Gothico pienso que las palabras de Juan Pablo II con respecto a lo social ( Y perdona la mala memoria que tengo, pues no recuerdo el nombre de la encíclica, cuyos extractos pude leer en el Foro Santo Tomás Moro ) son harto positivas, como me ha gustado mucho " Devs Caritas Est " de Benedicto XVI.
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