Me alegra doblemente el ver que lo que hace un año fué una convocatoria a las conferencias de mi amigo Antonio sigue dando de que hablar.

Y digo doblemente, pues es Antonio el que ha hecho que nuestro querido contertulio del Puma Universitario haga sus primeros comentarios (según he podido seguir de este subforo), y que sea el mismo quien me recuerde algo maravilloso que hizo brotar lágrimas del primero de los citados:

Un mes de octubre de hace algunos años, un grupo de amigos hicieron un viaje para recorrer algunos puntos Cristeros, iban a compañados de un profesor argentino, hermano hispano, también Cristero (pues así le bautizamos), Caponnetto de apellido, y al llegar a la sombra de un eucalipto que aún se conserva sobre aquella alameda, árbol en el que en octubre de 1928 fué ahorcado San Tranquilino Ubiarco, se encontraba clavado ese poema que bien ahora se no acaba de recordar.

Imaginarán las lágrimas del autor del poema, al ver que sus líneas escritas con gran amor eran recordadas en aquel recóndito lugar de la Cristiandad, donde aún se respira con olor de sangre Cristera y se escuchan los ecos del ¡Viva Cristo Rey!

Alegría que las aulas de la antigua Real y Pontificia Universidad de México sigan siendo ocupadas por hombres que hacen honor al espíritu puma y que saben lo que significa el lema de "por mi raza hablará el espíritu", el que lejos de evocar falsos racismos mestizos, habla de unidad, orden y síntesis en la hispanidad.

Con el recuerdo para el Maestro Vasconcelos.