Re: ¿Cuánto vale la vida?
Vamos a ver, Reyes: Por supuesto que matar es, objetivamente, pecado. Y esto lo sabemos, como mínimo, desde el Decálogo.
Pero parece, por un lado, que no conoces la distinción entre gravedad objetiva y culpa subjetiva. Un hecho de la misma gravedad intrínseca, como es el matar en cuanto que siempre quitas la vida a una persona, puede ser disculpable según las circunstancias culturales, sociales, psicológicas, emotivas, de riesgo, etc.
Por otro lado, y esto es más importante, el pecado es un acto sobre todo individual. La pena de muerte, en cambio, no se aplica de forma individual. No es una venganza que tú decides realizar como respuesta a un daño sufrido. Es, en cambio, una acción social que se sirve de un ordenamiento jurídico, unas instituciones y un propósito de defender el bien común. Un juez que condena a muerte puede sentir repulsa ante el hecho de matar a una persona, por mala que ésta sea, pero a ese sentimiento humano antepone su sentido del deber. Un juez cristiano rezará por "sus" condenados a muerte.
Te lo digo de otra forma: Te es lícito, en un acto heroico de amor al enemigo, dejar que te maten. Pero no te es lícito dejar que maten a tu mujer, tus hijos o aquellos sobre los que tienes una responsabilidad directa. Con las sociedades, ocurre lo mismo. Un juez puede aceptar las ofensas que él recibe, pero no puede dejar de defender a la sociedad a la que sirve.
En fin, Reyes, piensa un poco en los demás.
Sí, piensa en los demás. Piensa que no todos los países disponen de un sistema carcelario adecuado ni de una policía avanzada ni de dinero suficiente para mantener a la población reclusa. ¿Te acuerdas, por ejemplo, del FRELIMO (Frente para la Liberación de Mozambique)? Hacían auténticas barbaridades y eran miles de asesinos. En una situación así, o respondes con toda la contundencia posible, sin excluir penas de muerte masivas, o toda una nación sucumbe ante un ejército criminal. Se dedicaban a arrasar poblados, mutilar a la gente, violar y matar. No es justo que desde nuestra posición cómoda pidamos a los pobres que se dejen matar, que renuncien al imperio de la Ley en su tierra, que descarten cualquier posibilidad de desarrollo y cualquier proyecto de vida con dignidad.
"La Verdad os hará libres"
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