Es curioso, los independentistas catalanes franceses reivindican las corridas de toros, al contrario que los de España, porque la tauromaquia es popular en el sur de Francia (aunque no solo en la Cataluña francesa), mientras que aquí la repudian por considerarla española (y precisamente por ser española siempre ha sido tan popular en la Cataluña española, a pesar de las protestas de cuatro gatos separatistas exaltados).