Qué artículo más absurdo... lleno de estereotipos, se han lucido las Juventudes Tradicionalistas Asturianas publicando esa chorrada. Primero usan a dos chicas adolescentes para encarnar la estupidez ¿qué pasa, que los adultos varones son más listos?
Podríamos reescribirlo así:
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Un par de cabezas rapadas neonazis apuran los últimos sorbos de una litrona de mala calidad, mientras comentan lo mucho que les gusta el último fichaje del enésimo entrenador del Sporting de Gijón, del que ven en la TV de todos los partidos. De vuelta a casa, se paran delante de una tienda de deportes donde admiran una camiseta de su equipo de material sintético y colores chillones, e imaginan lo bien que les quedaría con… ¡Además por sólo unos pocos cientos de euros! Por supuesto, no han podido dejar pasar la ocasión de criticar a los políticos, y proponer un ramillete de soluciones a cada cual más ingeniosa. No obstante, se consuelan pensando en que ya les queda menos para ejercer su sagrado derecho a despotricar. Se sienten (que no son) medianamente felices ya que, al fin y al cabo, tienen un sueldo con el que comer y comprar. Eso sí, se compadecen continuamente, sobre todo si hay gente delante, de los pobres niños que mueren en clínicas abortivas, y son firmes defensores de la familia (excepto de la suya, para la que no están dispuestos a trabajar y a comprometerse para fundarla). Tienen muchos amigos ultras (camaradas dicen ellos) porque son muy patriotas y les entienden muy bien, así que se enfandaron mucho el día que se fue Raúl del Real Madrid. Qué mal se vive en una sociedad moderna y democrática, piensan ellos.
Lo peor de todo esto no es que «piensen» así. Lo más triste y preocupante es la seguridad que tienen de ser patriotas. Pero la realidad es bien distinta: comen lo que les dicen que tienen que comer, pero se creen libres por poder elegir la marca con la que envenenarse; escuchan la música que les imponen, pero se creen libres porque dicen escuchar lo que les gusta; no se visten con la ropa que dicta la moda, pero se creen libres por poder disfrazarse con botas militares y cazadoras de cuero cada día; utilizan una jerga impuesta, pero se creen libres porque pueden rebuznar a placer; tienen el cerebro lavado por el futbol y el nazismo, pero se creen libres por poder cambiar de peinado; sus ideologías dirigen sus vidas, pero se creen libres porque creen haberlas elegido voluntariamente.
Uno de los grandes triunfos del enemigo ha sido hacer creer a la gran mayoría de la población que uno es un héroe salvapatrias. Es curioso cómo al preguntar a un joven (de esos de la generación más preparada de la historia. Ejjjjjemmmm. Disculpen, me acabo de atragantar del ataque de risa) por la esclavitud, su rechazo será contundente, mientras él pertenece a la sociedad más esclavizada de la historia.
Pues bien; estos jóvenes son los mejores esclavos que el N.O.M. (Nuevo Orden Mundial) podría haber soñado. Estos jóvenes se entregan gozosa y voluntariamente a la esclavitud. Es un drama cuyas consecuencias están siendo devastadoras.
Los pocos que aún resisten los embates del enemigo tampoco están completamente a salvo (al menos, no todos). Si realmente lo cree así, estimado lector, le recomendamos que lea las entradas que próximamente iremos publicando
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