Quien al oir un ¡Viva España!,
con un ¡Viva! no responde,
si es hombre no es español
y si es español no es hombre.
Hace ya muchos años que dejé de prestar servicios en el Ejército, el Arma del Aire para ser exacto. Por aquel entonces no había féminas entre nosotros, pero sí tienen todo mi respeto, admiración y apoyo. En las FFAA, hasta un humilde pinche de cocina tiene su puesto y su importancia, por lo que nuestras mujeres militares ( ¿o habría que decir militaras?) son tan importantes como cualquier varón. Más aún, cuántas dan lecciones de patriotismo y valor a tanto machote de discoteca que si se vieran en un cuartel se irían por abajo, o a tanto indiferente respecto a España, de esos que si un día viniese el lobo saldrían gritando ¡mamaaaaaá!, mientras que ellas si que harían frente a ese hipotético enemigo.
No olvidemos a nuestras Manuela Malasaña, Agustina de Aragón, por citar 2 bien conocidas y de las que Arturo Pérez Reverte no se olvidó de ninguna. Ya entonces, en 1808, mientras muchas peleaban con tijeras en la mano contra los mamelucos y los dragones franceses, había muchos machotes de taberna escondidos en los armarios.
Un saludo castrense y un abrazo.
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