JOAQUÍN SABINA: DE CHULO PROGRESUELO A VIEJO VERDE
Joaquín Sabina no suele jugar a la ruleta rusa de verdad. Esa imagen es la carátula de uno de sus discos... Cuando era más joven. Lástima que el revólver no fuese de verdad: sería un progre menos.
Joaquín Sabina, el poeta de las camas vacías y las alcobas desordenadas, hijo de policía y forjador de su propio mito, había dicho en un medio al que hace eco el diario EL PAÍS en 2006:
"Quiero que me dejen en paz. Quiero mirarle el culo a las chicas cuando vaya por la calle y no que sean ellas las que se vuelvan para mirarme a mi".
Toda una declaración de intenciones, a su avanzada edad, típicas de un golfo viejo verde que, al no tener decencia en toda su vida, no la iba a tener a su vejez.
Sabina reconocía su amistad con el guerrillero zapatista Marcos en la misma entrevista:
Sabina: "Quiero mirarle el culo a las chicas por la calle y no que sean ellas las que se giren a mirarme a mi" · ELPAÍS.com
Era lógico que un admirador de Che Gevara admirara a un criminal epigonal.
Lo que es más difícil encontrar en la prensa digital, pues conviene a los periodistas lameculos no decirlo, es aquel episodio en que Sabina estrelló un vaso de vidrio a una chica, cuando ésta fue a pedirle un autógrafo. Rasgo de chulería etílica muy propia de los progres que se creen "divos divinos": hace ya muchos años de ese capítulo, pero muchos se acordarán de él.
Sabina perteneció al Partido Comunista de España (actualmente, no sabemos ya por dónde va).
Fue muy grande el rebote que se pilló con los vecinos de Úbeda (ciudad de Jaén en la que lo parieron por equivocación). Todo ocurrió cuando se presentó a las elecciones municipales por ese grupo político extranjero y no resultó ser votado, según las expectativas que él se hacía. Esa fue la razón por la que cambió la letra de una popular canción "autobiográfica" suya, suprimiendo el "Sur donde nací" por otro "verso" en que ya no hacía referencia al Sur.
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