Creo sinceramente,hermanos, que la Iglesia de Roma (también las otras iglesias, aunque de estas descozco más su entresijos) como toda institución terrenal necesita de una urgente revolución interior, para adaptarla a los nuevos tiempos.
Un saneamiento en profundidad de sus estructuras anquilosadas, las cuales no hacen otra cosa sino ser un revulsivo a la hora de captar fieles para la fe de Cristo.
¿Os habéis preguntado por qué los Tradicionalistas españoles somos tan pocos?
Acaso, ¿No será porque, cara al pueblo (pueblo que ha dejado de ser analfabeto) nosotros seguimos comulgando con algunas ideas fuera de lugar y tiempo...?
Os aseguro que hay muchos Patriotas, y de buena fe, a los que repele nuestro inmovilismo.
Si de verdad queremos levantar a España y devolverla al redil de la cristiandad, es obvio que algo deberíamos hacer.
Porque, hoy en día, cualquier españolito sabe los aprietos y sufrimientos en los que se ha visto envuelta España a lo largo de su historia, por causa de algunos monarcas fanáticos (cuando no tarados) y algunos Pontífices de igual índole.
También es cierto que algunos príncipes españoles declararon la guerra a esta Iglesia corrupta. ¡Ay! Si la hubieran destruido cuando tuvieron la oportunidad...
Porque, esta Iglesia, ya desde Constantino, dejó de ser de Cristo, para convertirse en una institución terrenal, heredera de todos los defectos y ninguna de las virtudes de la antigua Roma.
Sé que esto duele. Pero me habéis pedido que me explique.
P. No intento iluminar a nadie, Ordóñez.
Yo, como el verdadero Sisebuto hizo con San Isidoro, sólo intento aclarar el misterio de los eclipses.
Marcadores