Insisto, hay carreras como la medicina y odontología que necesitan urgentemente de un sistema de evaluación basado en competencias, donde las prácticas tengan más peso, se puedan realizar en todo tipo de centros sanitarios (y no solo en los hospitales) y de investigación, se impartan aisgnaturas en inglés etc. etc. Y otras donde no encajan ni de milagro...
"El vivir que es perdurable
no se gana con estados
mundanales,
ni con vida deleitable
en que moran los pecados
infernales;
mas los buenos religiosos
gánanlo con oraciones
y con lloros;
los caballeros famosos,
con trabajos y aflicciones
contra moros".
http://fidesibera.blogspot.com/
Der, para no citar tu texto que comenta algunos párrafos míos. Cuando digo lo de que parece muy lógico que un abogado pueda ejercer en cualquier país de la Unión, si ha pasado por el plan de estudios nuevo, no estoy expresando mi parecer personal, sino argumentando la justificación que se le da al asunto.
Por otra parte, te aseguro que como docente desde hace...¡leñe! 21 cursos ya, conozco muy bien el lamentable estado de la enseñanza en cualquiera de sus niveles. La solución no es Bolonia, ni lo son tantos y tantos planes, sino una reforma completa de la sociedad, empezando en casa con los irresponsables papaítos que tienen muchos nenes. Muchas mujercitas después de haber dado a luz, suelen preguntar que cuando hay que empezar a educar a su "vástago". Generalmente la respuesta suele ser otra pregunta: ¿cuánto tiempo tiene?, porque ese suele ser el tiempo que llevan ya de retraso.
Otra cuestión, es que me parezca muy oportuna una reforma que obligue a la gente a ser menos zángana de lo que es. En toda universidad pública las tasas son el menor de los ingresos, la mayoría provienen de lo que pagamos los contribuyentes, y eso para que un tanto por ciento elevado de parásitos estén tocándose los cataplines un año tras otro. Yo recuerdo que en tiempos, en mi Facultad éramos 6.000 estudiantes y la plantilla docente era de 600. Ahora vamos a añadir personal administrativo, técnicos de mantenimiento, subalterno, seguridad, gastos de luz, teléfono, agua, calefacción, aire acondicionado, materiales informáticos, bibliográficos y de laboratorio, fungibles, invitados conferenciantes (que cobran)..., todo eso y más no sale de las tasas.
Por ello, la fauna que "habita" en las cafeterías y el césped de las praderas, lo mejor que podría hacer es estudiar y dejarse de fantasías animadas de revoluciones inexistentes más que en sus desordenadas y lamentables cabezas y, si no, a dedicarse a otra cosa.
El sistema educativo es una sangría de dinero malgastado, despilfarrado, que hay que detener como sea, pues sus partidas presupuestarias pueden dedicarse a otros menesteres igual de importantes y más aprovechables. Pero ese el precio de parte de la demagogia del sistema político en España y en Europa.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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