Copio una carta escrita por don Antonio Ollés y que apareció publicada el 21 de mayo en el periódico local La Comarca de Alcañiz:

Celebro que hasta Alcañiz no hayan llegado los problemas que genera la actual crisis económica, y que el Ayuntamiento pueda gastarse alegremente 7.290 euros en borrar los nombres escritos en la fachada de la ex colegiata Santa María la Mayor que recuerdan a los 105 alcañizanos que fueron fusilados en 1936 por brigadas anarquistas en la Guerra Civil o murieron durante el periodo bélico.

El nombre de mi abuelo figura en esa lista y no entiendo porqué después de más de 70 años quieren borrarlo. ¿Acaso no fue asesinado injustamente en los primeros días de la guerra? ¿Acaso mi abuelo merecía morir?
Mi abuelo Vicente, era subjefe de la policía municipal de Alcañiz. Habían transcurrido ya unos días desde el inicio de la guerra y la gente le preguntaba porqué no huía de Alcañiz. "¿Porqué me he de ir, si no he hecho nada? Yo no tengo enemigos"- decía él. Pero los "rojos" que tomaron Alcañiz y que vinieron de Cataluña enviados por Companys, con el apoyo de algunos "revolucionarios" locales, no pensaban lo mismo, y mi abuelo se tuvo que esconder a toda prisa y mantenerse oculto durante varios días.
Durante esos días, los brigadistas amenazaban a nuestro bisabuelo Alejandro: "Díganos dónde está su hijo, o les mataremos a todos...". "¿Pero ustedes comprenden cómo les iba a decir dónde está mi hijo, aunque lo supiera? Antes me matarían a mí" -contestaba él. Pasaban con sus camiones por delante de la Tejería intimidando a todos los que estaban allí, incluidos mi padre que tenia 6 años y mi tía, de 8. Gritaban "Fascistas, os vamos a matar a todos..." y subían a sus casas destrozando los cuadros religiosos y las vírgenes.
Finalmente lo encontraron en una casa, saltó por la ventana y después de una persecución por las calles del pueblo, lo tirotearon a la altura del Teatro, y finalmente lo detuvieron cuando se estaba lavando las heridas en la fuente de Santa María. Pasados unos días se presentó en la casa paterna un señor alto, preguntando por el señor Alejandro. "He venido varios días, y por fin puedo encontrarle. Yo soy el conductor de la ambulancia que llevaba a su hijo después de que le hirieran. Vengo a decirle que no hay derecho a lo que le han hecho. A su hijo lo han matado a culatazos, dentro de la ambulancia. Si su hijo era culpable de algo, le deberían haber juzgado. Pero le han matado. ¡No hay derecho!".
Todavía hoy, mi tía cuando va al cementerio, deja un ramo de flores en el suelo, porque no sabe dónde está su padre. Sí, sabe que fue enterrado en una fosa, con todos los demás, pero no tiene una tumba donde poner las flores.
Ahora, 74 años después, parece que a alguien le molesta que el nombre de mi abuelo esté allí escrito. Pues bien, bórrenlo, pero desde aquí quiero lanzar una propuesta a nuestra alcaldesa y resto de líderes políticos: que se erija un monumento en un lugar público en memoria de todos aquellos "no combatientes", de cualquier ideología, que fueron asesinados injustamente en Alcañiz y que no tengan crímenes reconocidos. Mi abuelo fue uno de ellos.

Añado unos datos leídos en otros periódicos:
-El acuerdo se tomó por unanimidad en sesión plenaria del ayuntamiento en 2003, cuando era alcalde Carlos Abril, del PP.
-Santa María la Mayor está catalogada como Bien de Interés Cultural y, teóricamente, es un edificio protegido.
- Desde la parroquia de Alcañiz, el párroco, Jesús Jaime, confirma que la autorización por parte del Obispado de Zaragoza se concedió “hace al menos cinco o seis años”.