Estas Navidades se ha distribuido la edición impresa de Tradición Astur, boletín del Círculo Cultural Juan Vázquez de Mella, el número 14 de su V época. Cuatro páginas, con el siguiente contenido. Ponemos en negrita lo que a continuación vamos a reproducir:
  • Aniversarios y crisis
  • Felices Navidades
  • In memoriam
  • Descargas y documentos en Internet
  • La Esperanza
  • Misa Tradicional
  • Direcciones útiles
  • ¡Colabore!
  • Juan Vázquez de Mella y Fanjul
ANIVERSARIOS Y CRISIS

Termina 2008, año pródigo en aniversarios importantes. Destacaremos dos: el bicentenario de la llamada Guerra de la Independencia (que fue, en puridad, la verdadera primera guerra carlista, cuando los españoles, los asturianos los primeros, se alzaron por Dios, por la Patria y el Rey); y el 175º aniversario del Carlismo en sentido estricto, pues el 2 de octubre de 1833 don Manuel María González, administrador de Correos, y los Voluntarios Realistas de Talavera de la Reina proclamaron a Su Majestad Católica Don Carlos V.

Termina también este año en medio de una crisis pavorosa, que sin embargo no es más que el inicio de la que se avecina. Crisis que lleva años golpeando a Asturias, como repetidamente ha denunciado la Junta Carlista del Principado en sus anuales Declaraciones del Veinticinco de Mayo. Pensando tanto en los aniversarios como en la crisis, hemos seleccionado los párrafos de Vázquez de Mella que pueden leerse en la página 4 de este boletín: palabras pronunciadas hace cien años en ese circo siniestro que es el Congreso de los Diputados, y que se refieren a la Desamortización y a sus fundamentos teóricos. Desamortización y fundamentos que son causa directa y necesaria del descoyuntamiento, injusticia y corrupción de la actual sociedad, o más bien disociedad.

Para el conjunto de España, en manos de un PPSOE (pues PP y PSOE son prácticamente idénticos) de ideología progresista y reflejos frentepopulistas, la crisis sólo puede empeorar. Tanto para mantener distraídos a los españoles, como para profundizar en la destrucción de cuanto pueda quedar de sano, o de no enteramente infectado, en el tejido social, los esfuerzos gubernamentales, eficazmente secundados por los medios de información del sistema, se dirigen a agudizar los problemas. Así se pretende facilitar ¡aún más! el genocidio abortista y el negocio levantado alrededor del mismo; se promociona hasta la histeria a los sodomitas y a su asqueroso vicio; se retira, de hecho, la patria potestad a los padres; se acorrala y confunde al varón, y se priva de su identidad y dignidad a la mujer, mediante la ideología de género; se facilita la inmigración y el asentamiento entre nosotros de gentes ajenas a nuestra civilización y enemigas de la misma, mientras se nos exige que seamos nosotros quienes se adapten a ellos y renuncien a sus creencias y costumbres, y no al revés; se degrada la enseñanza hasta niveles nunca vistos; se pretende barrer de la vida pública cualquier referencia a Dios y a su Religión. Todo ello bajo los auspicios de la Unión Europea y demás organismos internacionales, a los cuales los demócratas de turno nos entregaron maniatados y despojados; y bajo la sonrisa bobalicona y cómplice del Usurpador y su parentela.

Mas para Asturias, en manos de una clase política particularmente abyecta, cuyo desprecio hacia su región y sus paisanos corre parejo con su corrupción y su incompetencia, la crisis presente cobra tintes dramáticos. Lo paradójico es que tal vez no fuera tan difícil paliar, al menos, la situación. Detener (o retardar, en espera de una restauración de España toda) la actual espiral de endeudamiento, desertización, especulación y envilecimiento.

En febrero de 2006, este Círculo Cultural Juan Vázquez de Mella organizó en Oviedo el acto "En el aniversario de Vázquez de Mella: Asturianismo, ¿Tradición o Estatuto?". Ante la entonces proyectada reforma del inútil Estatuto de Autonomía que padece nuestra región, se indicaron pautas para mejorar las cosas. Pautas que, por supuesto, no fueron tenidas en cuenta. Fuera del Tradicionalismo no hay Asturias verdadera ni verdadera España. Pero, además, no hay Asturias posible ni España viable.

Precisamente lo más granado del Tradicionalismo, con destacada participación asturiana, pasó por Madrid los días 27 y 28 de septiembre de 2008, para el Congreso Internacional Una revisión de la tradición política hispánica: A los 175 años del Carlismo, que organizó el Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II, con la colaboración de los Círculos Culturales Antonio Molle Lazo y Juan Vázquez de Mella. Está prevista para 2009 la aparición del libro con las actas del congreso, que fue clausurado por el propio Abanderado de la Tradición, S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón.

El año que va a comenzar, 2009, trae --además de los negros nubarrones de la crisis-- nuevos aniversarios. Destaca el centenario de la muerte en el exilio del Rey Carlos VII, el que dejó escrito: "Si el país es pobre, vivan pobremente los ministros, y hasta el mismo Rey". Está previsto que se celebren actos en Trieste, en cuya Catedral reposan los restos de S.M.C. Don Carlos María de los Dolores de Borbón y Austria de Este.

Sin olvidarnos del quinto aniversario, el 13 de enero, del fallecimiento en Madrid de don Rafael Gambra Ciudad (ver TRADICIÓN ASTUR nº 11, V época, marzo 2004), quien además de insigne estudioso y antólogo de la obra de don Juan Vázquez de Mella, fue jefe delegado del Carlismo y el más importante pensador tradicionalista de la segunda mitad del siglo XX.

La celebración principal en Asturias de los Mártires de la Tradición, 10 de marzo, será la Santa Misa en Avilés, capilla de Jesús de Galiana, ese martes a las ocho de la tarde.

El Círculo Vázquez de Mella y la Comunión Tradicionalista de Asturias se harán presentes (D.m.) en estas celebraciones, al tiempo que redoblarán sus esfuerzos para levantar la bandera de la regeneración de Asturias y de España. Pero para ello precisan la cooperación de socios, correligionarios, amigos y simpatizantes. La cooperación económica, que se pide en la página 4 de este boletín, es esencial. Hay otra, sin embargo, aún más acuciante. Los años se han ido llevando a buena parte de los militantes más activos, de los más conscientes y comprometidos. Se hace necesario renovar cargos y juntas; es preciso que nuevas personas entren a desempeñar cargos y responsabilidades. Les esperamos.

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"Aquí habéis afirmado el principio de que la Desamortización era conquista gloriosa. Comprendo que aplaudáis el hecho, porque de eso ha vivido la Revolución; pero el principio, a estas alturas, es peligroso afirmarlo. El principio consistía en una teoría doble; la primera era esta: el Estado crea las personas colectivas, crea las personas jurídicas, y, como las crea, cuando le parece que es conveniente al bien público, las deshace y las destruye: esta es la teoría del absolutismo del Estado; desde el momento que la proclaméis, ya no existe ni derecho individual, ni derecho corporativo, porque el individual por el corporativo subsiste, que es su escudo.

La segunda teoría, consecuencia de la primera, consiste en suponer en el Estado el derecho a cambiar la forma de la propiedad; ved las consecuencias. En la antigua sociedad española, en el Antiguo Régimen, no había un solo hombre que pudiera decirse que era desheredado. Todos, individual o colectivamente, tenían algún patrimonio; el que no tenía propiedad individual la tenía corporativa; tenían su propiedad las fundaciones religiosas, las científicas, las de enseñanza; tenían propiedad los gremios, las universidades; las tenía el municipio con sus bienes propios, y la tenían hasta el empleado en su montepío y el labrador en su pósito. ¿Qué clase era la que estaba sin patrimonio? Los que no lo tenían individual, lo tenían corporativo; y era tanta la propiedad colectiva, que superaba la individual.

Vino la Revolución y dijo: 'Afuera trabas, acabemos con las corporaciones y, por lo tanto, con su patrimonio, porque esa es su vida económica, esa es su raíz en el suelo, esa es su fuerza.' Y concluyó la propiedad corporativa. ¿En favor de los individuos que formaban las corporaciones? No; en favor de la minoría que tenía la riqueza o la falta de aprensión necesaria para adquirirla. Fue una desamortización de la propiedad colectiva en favor de una reducida minoría que tenía la propiedad individual, y el Estado se quedó con las cargas que pesaban sobre la propiedad colectiva. El presupuesto de beneficencia, el de enseñanza, el eclesiástico, pesaban sobre esa propiedad corporativa; y el Estado que la entregó en medio de un despilfarro y de una dilapidación inexplicable a un corto, a un escasísimo número de propietarios individuales, no le dio con la propiedad las cargas; se quedó con las cargas que tienen que satisfacer la inmensa mayoría que no adquirió los bienes desamortizados, y les entregó a ellos los beneficios. Fue un cambio en la forma de la propiedad, fue la primera desamortización, la desamortización de los más en favor de los menos."
Juan Vázquez de Mella y Fanjul
Discurso en el Congreso de los Diputados, 27 de febrero de 1908





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