Luis Villanova Ratazzi, el granadino Jefe del Tercio de Navarra y mártir de la Tradición
Fotografía de Luis Villanova Ratazzi
como alumno de Caballería
(imagen tomada de la BNE)
Luis Villanova Ratazzi era natural de Gójar, donde su familia era propietaria de la mayor parte del término municipal, aunque en Gabia también tenía importantes propiedades: Montevive, San Saturnino, Pedro Verde y gran parte de Gabia Chica.
Militar de carrera, en el Ejército Español llegó a ostentar el grado de Comandante de Caballería.
Se afilió a la Comunión Tradicionalista durante la Segunda República y al estallar la Cruzada de Liberación fue Jefe del Tercio de Requetés de Navarra.
El Comandante Villanova, amigo personal del augusto Abanderado de la Comunión Tradicionalista en aquel momento, Don Francisco Javier de Borbón Parma, acogió de incógnito, por petición de Don Javier, al hermano de éste, Don Cayetano, como un combatiente requeté más en el Tercio de Navarra.
Luis Villanova Ratazzi fue herido por un francotirador el septiembre de 1937 en tierras asturianas y entregó su vida por Dios y por España tal día como hoy, 4 de octubre, en el Hospital Valdecilla, donde había sido trasladado.
El pleno del Ayuntamiento de Gabia Grande, reunido el día 30 de noviembre de 1937, acordó lo siguiente:«la celebración de un funeral en sufragio del heroico Comandante de Caballería, Jefe del Tercio de Navarra D. Luis Villanova Ratazzi, que dio su vida por Dios y por la Patria, en el frente de Asturias el día 4 del pasado mes de Octubre, cuyo funeral era patrocinado por el Ayuntamiento. También se acuerda colocar una lápida conmemorativa en la fachada de la casa de su propiedad, donde se crió y vivió, dando su nombre a la calle donde está situada» (*)Su cuerpo recibió cristiana sepultura en el Cementerio de Gójar, de donde era natural su familia.
El Coronel Emilio Herrera, integrante del Tercio de Navarra, cuenta la siguiente historia cuyo protagonista es el Comandante Villanova:«Se produce una escena que parece arrancada de las páginas del Romancero: un hombre de mediana edad y aspecto distinguido, pálido y macilento, que acaba de surgir del escondite en el que ha pasado los trece largos meses de dominación roja, se dirige al comandante Villanova, le saluda ceremoniosamente y le agradece con sentidas frases el haber liberado para España la ciudad de Garcilaso; luego toma de la rienda a la yegua del comandante y marcha llevándola a la antigua usanza. Las gentes lloran de alegría y al romper filas los requetés se ven rodeados, besados, apretujados y agasajados por los cientos de hombres, mujeres y niños, que los obsequian con vino, sidra, leche condensada; con lo único que tienen».
Y con motivo de su muerte, el Coronel Herrera le dedica las siguientes palabras:(*) Los revanchistas izquierdistas renombraron esta calle como «Calle Molino».
«Bravo entre los bravos, leal entre los leales, cristiano de rancia estirpe, español
a lo siglo de oro, carlista por convicción y sentimiento, caballero por la nobleza de
su sangre y más aún por su alma prócer, capitán valerosísimo y prudente; sobre
todo, padre con sus requetés a los que amaba con cariño tal y de los que era correspondido con adhesión entrañable...»
Véase: Izquierdo Rodríguez, Manuel (2012): Historias desenterradas - Las Gabias, 1936, pp. 216-217; Romero Raizábal, Ignacio (1966): El príncipe requeté, pp. 47-48.
Última edición por Pious; 24/12/2019 a las 12:57
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